Marisa acaricia a su leal compañero.

Tras jubilarse por enfermedad, la isleña Marisa Gil ha decidido adoptarlo.

No es necesario ir al cine para conocer a héroes de cuatro patas, a veces tres. En ocasiones, están más cerca de lo que se piensa, quizá a una o dos calles de casa. Quizá se trate de Chacal, un pastor belga milonois que tras 6 años sirviendo en la Unidad Militar de Emergencia, en Morón de la Frontera, recibió la baja tras la aparición de un tumor en una de sus patas.

Pero esto no supuso el final de su historia, ni mucho menos. Tras todo ese tiempo dedicado a la búsqueda y rescate en grandes catástrofes, y posteriormente al olfateo de cadáveres, ha llegado el momento de descansar, y qué mejor que hacerlo bajo la tutela de una isleña que desde el principio lo ha acogido como si llevara toda la vida junto a ella.

Tan querido era en la unidad -no sólo por su entrega, sino también por su dócil carácter-, que sus propios compañeros lograron reunir en cinco días el doble de lo necesario para su operación y posterior tratamiento de quimioterapia. Seis sesiones en total y la amputación de una de sus patas, que por habérsele practicado a 'ras' -carece de muñón- no puede adaptar la prótesis en la que sus amigos pensaban invertir el resto del dinero. Una cantidad que finalmente se destinó a la ONG 'Héroes de 4 patas', encargada de buscar familia a compañeros caninos jubilados de los distintos cuerpos de seguridad del Estado.

Fue entonces cuando entró en escena Marisa. "Supe del caso gracias a que una amiga enfermera, destinada en Morón, lo publicó en las redes sociales". Aunque no conocía la labor de esta ONG, cuenta, como anécdota, que esa misma noche salió un caso similar en el programa 'El Hormiguero'. Casualidades del destino, tras conocerlo optó por adoptarlo, no sin antes recibir Chacal una despedida con todos los honores por parte de los miembros del cuerpo de seguridad debido a sus leales servicios.

El balance de la experiencia ha sido para Marisa "muy positivo, mucho más de lo que hubiera imaginado, es como si tuviera un enamorado de 15 años todo el día detrás de mí", confiesa entre risas. Destaca además la rapidez con la que se ha adaptado a tantas cosas en tan poco tiempo, "de trabajar todos los días en una base, a vivir en un apartamento conmigo en San Fernando".

Una vida saludable -que contempla, entre otras cosas, su buena carrera matinal por la playa- ha sido la clave para que Chacal prácticamente olvide que falta una de sus patas.

En breve protagonizará, además, un emotivo vídeo realizado por la propia organización para concienciar sobre la importancia de esta labor. En él aparecerán tanto su antiguo guía como su dueña actual, quien reivindica las ventajas de "adoptar, en lugar de comprar".