Publicado el: Mar, 10 Feb, 2015
Agenda Cultural

El arte de un algecireño en La Isla: Andrés Mérida

'Perdido en el rojo', una de las obras más innovadoras en la trayectoria de Andrés Mérida

'Perdido en el rojo', una de las obras más innovadoras en la trayectoria de Andrés Mérida.

Los interesados en conocer en directo la obra de este artista afincado en Málaga, tienen hasta el 19 de febrero para deleitarse con una pintura de intensa gama cromática.

La pasada semana se procedió a la inauguración, en el Centro de Congresos de San Fernando, de la exposición firmada por Andrés Mérida, como ya informó este periódico.

Algecireño de nacimiento aunque residente en Málaga, este artista cuenta con una trayectoria envidiable a sus espaldas de la que las ciudades de Algeciras, Cádiz, Chipiona, y ahora La Isla, disfrutan en la actualidad.

Si bien es obvio este bagaje que le ha llevado a darse conocer en países como China, EEUU o México, además de en muchos puntos de Europa, puede que su fama en esta zona no preceda al prestigio que atesora. Es por ello que www.elcastillodesanfernando.es decidió ponerse en contacto directamente con Mérida para conocer de primera mano los entresijos de su producción, la carrera de un artista que a día de hoy cuenta con un nombre más que consolidado en la vecina Málaga, una de las provincias andaluzas que más fuertemente apuestan por la Cultura en la Comunidad Autónoma.

En relación a la muestra que hasta el próximo 19 de febrero permanecerá visitable en San Fernando, afirma que “contiene obras de todas las épocas, dado que trata de conjugar el Mérida más puro de cada etapa con retazos de experimentación puntual”. Él tiene claro cuál es su “lenguaje”: un estilo con ciertos matices expresionistas y surrealistas no por ello menos personal, que encuentra su fuerte en la potente gama cromática. Pero, al mismo tiempo, no cierra ninguna puerta, dejando la veda abierta a la experimentación y probando hasta con nuevas técnicas digitales que siguen siendo fieles a esta línea: la “nueva figuración”.

La exposición reúne así dibujos, oleos y técnicas mixtas como resultado de un talento precoz, trabajado a lo largo de los años pero que ya apuntaba alto durante su infancia, en la EGB, cuando el profesor Dámaso Ruano supo inculcarle el “venenillo” que desde entonces nunca dejaría de extenderse con cada pincelada. Recuerda sus dotes didácticas y, sobre todo, la importancia que daba al color, “uno de los pilares fundamentales de mi producción”, reconoce.

Como ocurre en tantos hogares, sus progenitores no pensaban que el Arte fuese el camino más práctico para ganarse la vida, pero Mérida no lo dudó. Marchó a estudiar la carrera a Sevilla, a la Real Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría, donde tuvo la oportunidad de desarrollar su talento. Los cafés culturales en el Colegio Mayor de San Juan Bosco, “con estudiantes de todas las disciplinas, en un espacio perfecto para la retroalimentación”, y un nombre, el del profesor Pérez Aguilera, son quizá los mejores recuerdos de esta época. “Su manera de manchar es en parte la responsable de mis actuales matices expresionistas”, declara al recordar aquel contexto de libertad, de inspiración, los años de la movida.

Andrés Mérida, durante una de sus presentaciones gaditanas (Foto: Carmen Romero)

Andrés Mérida, durante una de sus presentaciones gaditanas (Foto: Carmen Romero)

Entonces volvió a Málaga. Era el momento de luchar en serio, de abrirse camino en la complicada senda del Arte. Pero no desistió. Compatibilizó durante algunos años su empleo en el negocio familiar con la pintura, participando en exposiciones colectivas y organizando las dos primeras en solitario. Aquello tomaba forma, “y entonces constaté que mi destino era dedicarme profesionalmente a la creación”.

Su primera incursión en el extranjero fue nada menos que en China, a finales de los noventa. Su primera marchante, Sofía Gaspar, facilitó esta experiencia iniciando un vínculo profesional que se ha mantenido hasta la actualidad. Seguidamente aterrizó en Praga, donde tuvo la oportunidad de exponer piezas inspiradas en el tema de la tauromaquia, también en Miami y en México.

Ha pasado largas temporadas en Nueva York desde aquella primera vez en 2003, cuando se animó a ello tras el éxito de la exposición organizada en la Galería de Arte ‘Nova’, en Málaga. De su experiencia neoyorkina recuerda con agrado la participación en el ‘Opening Study’ de Brooklyn, “una velada nocturna durante la que los estudios de todos los artistas permanecen abiertos y visitables”, rememora. Francia y Alemania son los mercados donde se encuentra haciendo incursión en la actualidad.

Admirador de las corrientes pictóricas del siglo XX, cita los nombres de Miquel Barceló o Botero entre los artistas que más valora, “por su sello, por la personalidad de su impronta”, remata, no sin antes dedicar unas palabras a la Fundación Provincial de Cultura por su interés y dedicación. “Lo cierto es que me buscaron, y se han volcado”, concluye agradecido, satisfecho con el resultado.

Alejandro Díaz Pinto

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