Una Isla de Fotografía
Imágenes de rincones emblemáticos de Cádiz y San Fernando se exponen en la ‘Peluquería Ángel’ de esta ciudad. La colección está firmada por Ángel López, fotógrafo y poseedor de uno de los archivos históricos más importantes a efectos históricos.
Los clientes de este negocio situado en la calle Profesor Antonio Ramos se llevarán mucho más que un corte de pelo, ya que desde este mes y todo enero permanecerá allí una colección que refleja los enclaves más significativos de San Fernando y Cádiz “desde mi particular punto de vista”, explicó su autor cuando se le preguntó sobre una veintena de fotografías entre las que los visitantes distinguirán La Casería, la Iglesia Mayor, el Callejón Cróquer, el Mentidero o la famosa ‘Bella Escondida’ de Cádiz -una torre que solo desde determinados sitios estratégicos está a la vista-.
Aunque quizá no sea el tema lo más novedoso de la producción de Ángel López, sino el acabado de la misma. Según explica, “capto la atención mediante un filtro”. A continuación “procedo a una recomposición de la foto eliminando e incorporando elementos”, es decir, creando una obra a su gusto. Una vez confeccionada la nueva composición, “le doy volumen a fuerza de pincel; luces y sombras” y, posteriormente, imprime el resultado sobre papel de acuarela mate que “adhiero a una tabla para culminar con rotuladores y lápices acrílicos los detalles, e imprimar un barniz transparente que les aporte textura”.
Una vida ligada a la cámara
Ángel López es conocido en La Isla por su faceta de fotógrafo, pero más aún por poseer uno de los archivos fotográficos más interesantes a nivel histórico junto con los de la familia Quijano o Antonio de Hombre. Todos ellos, colaboraron, de hecho, en la exposición La Isla. Miradas para no olvidar celebrada hace unos meses en el Centro de Congresos con razón del 250 aniversario de la ciudad.
A sus 17 años se inició en este oficio para la E. N. Bazán junto a su padre, quien ya acumulaba una trayectoria importante y supo inculcarle los secretos de este arte que aún hoy continúa poniendo en práctica. “Fue para mí una vía de socialización”, recuerda, entre otras razones porque al ser su abuelo arquitecto aparejador, facilitaba su acceso a las obras civiles donde ejercía la profesión. De aquello nació una interesantísima colección de “negativos que mi padre guardaba, pero se fueron deteriorando con el tiempo”… hasta que Ángel tomó conciencia del tesoro que había heredado y comenzó a positivarlos, retocarlos con lápiz y, posteriormente, digitalizarlos para su definitiva conservación. Un trabajo que desarrolla con paciencia porque “hay en total entre 2.000 y 3.000 negativos de 35 mm”, confiesa.
Si bien, ha sabido compatibilizar la recuperación de fotografía histórica con su producción actual, siendo ambas protagonistas de diversas exposiciones -individuales y colectivas- durante las últimas décadas. La primera de ellas, de un centenar, se expuso en los noventa en la Casa de la Cultura. Ángel también ha mostrado sus Rincones en el Pópulo, así como sus Balcones y Azoteas y Barrios de Cádiz. San Fernando por su parte volvió a ser protagonista en el Doce gracias a las Visiones de La Isla de los años cuarenta, algunas de cuyas imágenes se recuperaron para la citada Miradas para no olvidar. Confiesa que aún le quedan por materializar proyectos como La Isla en blanco y negro, Puertas y balcones de isleños, Puertas y balcones de Cádiz y otras más generales en cuanto a tema y técnica pero con especial interés en “reflejar la vida cotidiana, la gente en la calle”.
Los aficionados a la fotografía -y al Patrimonio de San Fernando y Cádiz- podrán de momento admirar la serie que se expone en este negocio de la calle Profesor Antonio Ramos e incluso adquirir algún ejemplar, ya que están a la venta bajo un módico precio; el regalo ideal de Navidad.