Publicado el: Lun, 2 Feb, 2015
Opinión

La Calle Real en 16 capítulos; capítulo (VII)

Placa de la Casa del Turco.

Placa de la Casa del Turco.

…Continuando más adelante, con unas series de casas y del Edificio de enfrente de Capitanía que como si fuera -una causa imperativa- de estrategia militar, fue adquirido por la Marina en su totalidad por razones obvias de seguridad. Seguido más adelante de la Mercería de Medina (desaparecida), ‘el retranqueo’ del Edificio de ladrillos vistos de color precisamente del mismo ladrillo en donde se encuentra en su planta baja la oficina de la Seguridad Social y justo a su lado actualmente SanfOK, grupo de gestión y servicio. Y en la planta alta, viviendas y entre ellas la vivienda y consulta de oftalmología del Doctor Planelles. Hay que decir que éste fue uno de los primeros retranqueos que en plena calle Real se efectuó con el propósito de un desacertado e imposible plan urbanístico  de un nuevo e imposible alineamiento de inmuebles que lógicamente jamás se conseguiría, hoy derogado.

A continuación Repuestos Hispania (desaparecido), Bazar El Barato, el antiguo Mesón en la planta baja del edificio que lo sustenta, seguido de una inmobiliaria (cerrada), de la Peluquería Bianchic de señoras, un Locutorio Público, la Peluquería de caballero de Bonet, la Casa Grande del Turco (como se conocía en La Isla) que durante el siglo XVIII, albergó las oficinas municipales y en donde vivió D. Gonzalo A. Olivera Manzorro, que el Consistorio de su época le dedicó una placa el 9 de Julio de 1927 por sus méritos a favor del fomento de la cultura patria como pedagogo y prestigioso Jefe de Marina, que figura en la fachada del citado edificio. Pegado a él, El Deán, bodega entonces donde el fino y limpio cristal de sus vasos, catas y copas, hacía honor al no menos fino y rico vino, que se despachaba de sus cuidadas botas para el deleite gustativo y las alegrías de sus parroquianos (hoy convertido en una Ferretería denominada Ruceco de la misma familia de los Rubín de Celis, de la que un vástago de dicha familia, -el Nani- como se le conoce cariñosamente, tiene en su casa a la vuelta por la calle Almirante Cervera, su particular bodega privada que sigue cuidando y conservando sus exquisitos y cuidados caldos, que a veces para su satisfacción personal, pone a la disposición gratuita con sus amigos organizando grandes y divertidas tertulias con ellos).

Y justo al lado, el Freidor de pescado del mismo nombre El Deán, pero en el decir popular de los isleños (Eldeán) titular de los hermanos Collantes, siendo el más conocido (Juanito). Y como no, del citado freidor hay que decir que salía el rico olor del exquisito frito del bienmesabe y también de las suculentas caballas que en los atardeceres isleños se formaban abultadas colas atraídos por su aroma y al mismo tiempo como recurso para muchos por la aliviada facilidad que suponía a las familias solucionar la cena sin necesidad de abrir la cocina. Freidor que se encontraba en la misma esquina de la Calle Real con la calle Almirante Cervera, lugar en el que sigue todavía. Y en la otra esquina, el Restaurante La Primera de la Isla (cerrada) y pegada a ella una Tienda de comestibles también cerrada conocida como Casa Paco. Y  tanto en una como en otra, se alojan actualmente “los archivos y los documentos del municipio”, que como el resto de los negociados andan dispersos por toda  la Ciudad a modo de minis Ayuntamientos  hasta que por fin se arregle nuestra maltratada Casa Consistorial (la casa de todos).

Museo Histórico Municipal.

Museo Histórico Municipal.

Le sigue el que fuera Hospital o Ambulatorio de Bazán, más conocido popularmente como Casa Palomo, hoy transformada en el Museo Histórico Municipal de la Isla. (En este edificio como en el de la Cruz Roja en el que se decía que durante las noches se veía a una niña asomada en una de sus plantas, así como los del Callejón de Croquer ya descrito. Se cuenta volviendo al Ambulatorio, que en él se producían voces llamando por sus nombres a las personas. O puertas que se cerraban o se abrían solas. Y en ocasiones también aparecía un señor con larga barba vestido de blanco recorriendo las dependencias. Y la diferencia de estos extraños fenómenos con respectos a los otros dos citados, consistía en qué, en éstos últimos, sí se apreciaron fehacientemente las voces a través de las cacofonías que se les practicaron con resultados positivos).

A continuación le sigue El Catalán (peluquería de señoras que existe todavía), La que fue la pionera, veterana y excelente Fotografía Quijano (desaparecida) y la casa del Doctor Outón.A continuación el Salón de juegos y Café Bar Masai (cerrado) en el lugar del antiguo Bar La Parada, la Cervecería y Mesón La Ibérica todo ello en planta baja. Y en la alta, oficinas y apartamentos. Y al lado la Clínica dental del Doctor Francisco J. Mungía Girón. En estos lugares existió la pensión o el Hotel Correo y delante de él la parada de los coches de caballos primero  y después de los autobuses que salían para los pueblos de la provincia.

Más tarde y a su lado la oficina de los Transportes Comes, la Peluquería de caballeros de Cecilio, la Clínica dental del Doctor José Ramón Corona, la Oficina de Clases Pasivas de Caramé, la Clínica de recuperación de mayores Ángeles Teysa y  Centro de día en el antiguo Muebles Vela de muebles clásicos y de caobas, una Heladería ahora sin nombre y anteriormente de menajes eléctricos. Y la Sacristía, pero no precisamente la eclesial, sino la de cafés y copas: refugio de muchos cofrades en el mientras tanto y más allá del mientras tanto. Y entre el Bar de la Sacristía y la Iglesia Mayor, el Callejón Capataz Nicolás Carrillo, en memoria del yerno del célebre Capataz de Capataces José Tinoco Mera del que recogió su testigo y heredó su continuidad durante muchos años al frente de una cuadrilla de cargadores que portaron los pasos de varias hermandades y cofradías isleñas entre ellas la de los Afligidos que personalmente conocí y viví muy intensamente.

El citado callejón estuvo rotulado anteriormente con el nombre de Soldado de Infantería de Marina Pérez Murga (la razón de esta rotulación se debe a perpetuar la memoria del citado soldado que estando de centinela en Torre Gorda encontró su muerte de un disparo que recibió al parecer provocado por  los acontecimientos previos a la contienda nacional). Sin embargo en el año 2009 el Ayuntamiento decidió cambiar su nombre por el de Capataz Nicolás Carrillo como se ha descrito anteriormente. No obstante fue y sigue siendo más conocido popularmente todavía, sobre todo por los más antiguos de nuestros ciudadanos, como el Callejón de la funeraria de Ruiz o de los muertos, porque en él tenía el citado  Ruiz una Funeraria denominada Funeraria Virgen del Rosario.

Y ya centrando la atención en la citada Plaza de la Iglesia (anteriormente Plaza del Ejército en donde existía entre las paradas de la “carterilla y el “tranvía” una parada de taxis delante de lo que hoy es Hotel AC y unos aparcamientos de turismos alrededor de una pequeña rotonda que contenía la célebre  Farola como signo de identidad de la Ciudad en aquella época. Así como dos urinarios públicos soterrados delante de lo que hoy es Caja Rural de Sur aproximadamente; uno para mujeres y otro para hombres en pleno corazón de la ciudad. que no obstante hicieron un eficaz y disimulado servicio a los ciudadanos que de repente no podían contener la evacuación de sus necesidades biológicas más extremas, sobre todo cuando no había un establecimiento abierto para realizar tan urgentes micciones.

La Iglesia Mayor.

La Iglesia Mayor.

Pero mejor sería desviar la vista ante tantos cambios de estilos en todo su conjunto y en todos sus niveles urbanísticos y arquitectónicos, excluyendo naturalmente a la propia Iglesia Mayor, edificación (BIC) y privilegiada por tener concedida la libertad de poder desplegar nuestra enseña nacional (la bandera de España) en las efemérides y en los acontecimientos que así los requieran. También en su fachada frontal tenía unas placas alusivas a épocas pasadas que fueron desapareciendo con el tiempo y hoy sólo permanece la dedicada a las Cortes Generales y Extraordinaria de España. Y en el suelo delante de la misma Iglesia hay una placa metálica colocada en el año 2010 dedicada con motivo del Bicentenario de la Constitución de 1810, con una cita del político José Bono, Presidente del Congreso de los Diputados, que dice  tan breve y sencilla como  erróneamente equivocada -Todo empezó aquí- cuando en realidad -Todo- empezó en la Compañía de María. La Iglesia Mayor está considerada como el primer templo de la Ciudad con apariencia de Catedral salvando la distancia y se distingue por el papel que desempeñó durante la promulgación de la Constitución de 1810. Y por albergar el mayor número de hermandades y cofradías de las más representativas de nuestra Ciudad. Hermandades tanto de penitencias como letíficas o de glorias…Continuará…

 

Sobre el autor

- Profesor, articulista y cofrade.

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