Fernando Mósig durante la presentación.

Los dos tomos sobre la historia y el arte de la parroquia castrense fueron abordados por su autor este viernes.

Y como es costumbre cada vez que Fernando Mósig publica uno de sus trabajos, el aforo se copó de la primera a la última fila en presencia del arzobispo Juan del Río, el párroco Gonzalo Núñez del Castillo y el primer teniente de Alcaldía, Fran Romero, como representante municipal. El encargado de introducir, no obstante, al autor, fue el académico Manuel Baturone Santiago, quien también indagó en su momento en los archivos parroquiales como agente estrechamente ligado al patrimonio militar isleño.

Mósig ofreció un adelanto sobre los epígrafes que los lectores encontrarán entre sus páginas, asistentes que en su mayoría pertenecen a los ámbitos cofrade y naval de la ciudad y que, en adelante, podrán averiguar la fecha exacta del establecimiento de los franciscanos en La Isla, en qué medida afectaron a esta orden las desamortizaciones o las piezas que originalmente integraron el patrimonio del templo, el único que no contaba con monografía propia hasta el momento. Dos de los capítulos que más interesarán sin duda a los isleños son los centrados en las cofradías -entre ellas las de Cristo Rey, Caridad y Expiración- y un apéndice con los ‘hijos ilustres’ de la parroquia.

El autor dejó claro que se trata de “un buen trabajo, riguroso, completo. Una base sólida que futuros investigadores podrán ampliar”, pero que, sin duda, “no bebe de los datos que se han venido repitiendo durante tanto tiempo, algunos de ellos erróneos”. Del mismo modo aclaró que “no hablamos de una recopilación aleatoria de documentos”, sino que estos han sido interpretados bajo su criterio a la hora de hacer ‘Historia’, diferenciando claramente hechos objetivos e hipótesis plausibles.

Incluye fotografías históricas y actuales, del templo, de sus imágenes, del antiguo claustro y muchos de los altares hoy desaparecidos. Mósig agradeció, en este sentido, el gran apoyo gráfico aportado por particulares de cara a una publicación cuyas dimensiones han obligado a dividir en dos tomos, el histórico y el artístico. Concluyó definiéndola como “un homenaje a la Iglesia, a la Armada, y a la ciudad donde se encuentra; de ahí el título de Vaticana, Castrense e Isleña“. La obra ha sido editada por el Instituto Hidrográfico de la Marina bajo diseño y maquetación de Antonio Luis Belizón Ibáñez.