Publicado el: Dom, 10 Jul, 2022
Actualidad

Tirabuzones en la orilla

Foto. Traveler.

Venían que mordían, por fin. Que trabajito ha costado levantar la voz, salir del sueño, del letargo de una tarde de verano, donde Morfeo no quiere abandonarnos, decir ya está bien. ¿Pero que os pasa? No tenéis corazón ni dignidad para luchar por esta tierra?.

Tú. El tirabuzón en la orilla de una mañana de verano, donde una ola vuelca sus rizos en la orilla.

Tirabuzón de la dignidad de un pueblo, al que solo le queda dentro del alma su cante. Tirabuzón ensangrentado del que no temió más que el hambre en el puente. Caracoleo en su orilla de Antonio y del Carli, del candado en la puerta de Delphi. Tirabuzón de las chiquillas al arrullo del levante, aconchaitas en los brazos del balneario. Ola justiciera, del que decía, que tirabas las varillas de soldar a la bahía. La arena cual oro molido, caballas por la orilla a veinte duros, mientras el sol del poniente te compone poemas, encelando a las garitas del castillo.

Tirabuzón del supermercado en la lista de las ofertas, destino de la ropa que voló, y acabó en la orilla, arrastrada por el levante. Espuma cuando muere la barquilla en la bajamar, y renace en la pleamar. Las algas en la orilla tapando las vergüenzas, de quienes debían morir por nosotros.

La brisa dorada en la orilla, de pasodobles, cuplés, y tangos, en alas del viento al sur, desde el falla. El agua que llegó a la palma, mientras los numeritos y la canasta de pescado los salvó de ahogarse.

Tirabuzones cuando la orilla funde el infinito del cielo en la punta del nao, y en la habitación no puedes dormir, temiendo el día que llega. Pasodobles volcados en la resbalaera, brecas, garapellos, la dignidad de mi gente.

Levante en calma para los señoritos que nos miran por encima del hombro, temporal para cantarles, que el gaditano se muere si deja de cantar, pero cantando defiende el pan, su libertad y su vida.

Caricia de la plata en la orilla para los mayores, la mar no nos puede dar más. Carnaval para evitar que te desangres, cual caballa en la espuerta. Grafitis en tu muralla, que contempla el medio el ojo. Hay del maremoto, los llevara a todos.

Tirabuzones de una orilla que ha visto, las alegría y las penas de un pueblo, cual goleta anclada a la orilla. Las penas del cante, el cante por alegrías, acordes por el canal y la piera el diablo. La sangre de las gargantas mezcladas con el salitre, la lucha y las coplas.

El tirabuzón de una ola, que una vez llegó a tu playa, se volcó en ti, y se marchó para amarte siempre.

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