Cierto es que el hecho de que a sólo cinco días después de un Domingo de Resurrección, tenga lugar el pregón de las Glorias y la presentación de su cartel, y que esto venga seguido de las primeras procesiones de las hermandades letíficas, no dé tiempo siguiera a realizar un balance de la Semana Santa y no desde las perspectiva de las hermandades, sino del público y del comportamiento.

Pero si a esto lo sumamos un proceso electoral en el Consejo de Hermandades, la realidad dice que es mucha la actividad cofrade como para pensar en algo que ya ha pasado y que habrá tiempo de tratar.

Es curioso que al proceso electoral del Consejo de Hermandades sólo se presente una candidatura y que a la junta rectora de la JCC se presenten dos, algo que dice que pocas personas están dispuestas a hacerse cargo del Consejo de Hermandades, pues está claro que necesita mucha dedicación. O también, como ha aconsejado José María Vieytes Beira en un artículo sobre las elecciones del Consejo, el hecho de que este proceso se anuncie antes en su calendario y no de un día para otro como se viene realizando. Lo mejor de todo, es que al menos en esta ocasión el Consejo ha dado a conocer las horas de presentación de la candidatura de forma pública, algo que no se hizo hace cuatro años.

La única candidatura presentada por José Manuel Rivera Barrera, que repite en el cargo, a falta de la votación protocolaria de los hermanos mayores, cuenta con novedades que pueden suponer un revulsivo en muchos de los aspectos que pueden corregirse y mejorar.

Como decían algunos hermanos mayores, a Manolo Rivera habrá que darle gracias por presentarse, porque de lo contrario, el proceso acabaría en una junta gestora para el Consejo que designaría el Obispado de Cádiz y Ceuta.

Habrá que darle las gracias, sí señor, y esperar que los nuevos integrantes de la candidatura den un impulso al ente. Ese que tanto necesita. Porque hablar de que cualquier tiempo pasado fue mejor, es algo que dice muy poco de quienes tienen la responsabilidad de guiar los destinos del Consejo.

Lo peor de que no haya más candidatos es que es un fiel reflejo de que el Consejo no interesa y no cuadra mal, cuando hay hermandades con juntas de gobierno cogidas con hilos. Sin miembros con los que acometer proyectos.

Eso sí, la nueva candidatura viene marcada por dos cofradías fundamentalmente, Santo Entierro y Afligidos. Es cuestión de situar peones antes de que empiece la partida.