Quién
Quién lo hubiese imaginado..., que un dÃa cualquiera, después de tanto haberte amado en otros cuerpo, buscado en otras bocas y soñado en otras noches, entrarÃas en mi vida, envolviendo mi alma con lo mejor de cada sentimiento vivido, con la certeza de que eras tú lo que querÃa encontrar. Tantos años dando lo que era tuyo a quien no lo merecÃa, tan sólo por la impaciencia de tenerte, de hacerme tuya y sentirte tan mÃa...
Quién lo iba a decir, después de ser acusada de romper los corazones que no me acercaban a ti, que mis actos sólo eran la desesperación por no verte, por no saber dónde estabas y no tener el valor suficiente para confiar en el Universo que, pacientemente, esperaba el mejor momento para mover sus hilos y unirnos por siempre, para abrirnos las puertas de un paraÃso en el que no creen aquellos que aún no aprendieron a amar de verdad...
Quién, si no nosotras, se lo enseñarÃa a este mundo que se cansó de no entendernos, de hacer sordos todos los gritos que, en el silencio, nos enviamos; sin conocernos, sin saber quiénes éramos, cómo eran nuestros ojos, el color de la piel, la suavidad de las manos, nuestras almas... Saberme viva en ti...era lo mejor que podÃa sentir.
Quién te lo iba a decir, cuando tu mirada y la mÃa se hicieron una, cuando el sol decidió cegarnos con los rayos que reflejaba de nuestros corazones deseosos de amarse, de poder recoger todos los pedazos que otros falsos amores fueron rompiendo con su desgana, repletos de reglas sociales que no han hecho más que alejarnos de todo y, por suerte, acercarnos a nosotras, a nuestro único destino...
Quién puede explicar algo tan sencillo a una humanidad tan acostumbrada a complicarlo todo. Media vida para esperarte y otra mitad tan sólo para amarte. Qué más da lo que vivimos si ya tan sólo queda compartir los sueños; esos que a tu lado son realidades, motivos por los que merece la pena madrugar, por los que no hay miedo a trasnochar, que no crean razones para llorar...
No sé quién estarÃa dispuesto a levantar su mano para dar respuesta a estas preguntas; ni llegaré a saber quién dijo que debÃamos conformarnos con un pájaro en la mano pudiendo estar con todos ellos volando; lo único que sé...es que soy yo quien te desea tan libre como eres, como me haces sentir, como sólo a tu lado he aprendido lo que es VIVIR.






