A lo largo de la historia, ha habido topos o infiltrados en muchos órdenes de la sociedad. Hasta Benedicto XVI nombró al cardenal español Herranz para investigar la filtración de documentos de la Curia con el objetivo de desacreditar a la Iglesia, en el conocido caso de Wikileaks. Ha habido topos en muchos sitios y en el devenir de estos últimos meses, se llegó a la conclusión de que la Comisión Pro Corpus Christi, también tenía un ‘topo’ dentro.

La Comisión Pro Corpus Christi, creada hace tres años, vino funcionando con el rigor y seriedad que debe caracterizar a cualquier ente que se precie, y mucho más a una comisión donde participan el Arciprestazgo y el Ayuntamiento.

Hace algunas semanas se filtró a una web temática el nombre del exaltador de la Eucaristía, la autoría del cartel del Corpus y su presentador. Otras informaciones de más calado, llegaron también a otros medios, entre ellas la presencia del obispo, aunque no se publicaron. Pronto, hubo voces que alertaron de que algo raro estaba pasando. Temas que se suponían de trabajo y de secreto de la comisión salían canalizados a un mismo punto, lo que hacía entrever que la Comisión Pro Corpus, muy renovada este año, contaba con algún miembro caracterizado por su deslealtad y bellaquería.

Una deslealtad hacia la seriedad y rigor de una comisión, que se transformaría en una mofa y falta de respeto hacia el Ayuntamiento y hacia el propio Arciprestazgo. ¿Y por qué?

Esta misma tarde de miércoles el Ayuntamiento y el Arciprestazgo convocaron a los medios de comunicación para dar a conocer las novedades de la nueva Solemnidad del Corpus Christi. El teniente de alcalde delegado de Presidencia y Ciudadanía y el arcipreste daban a conocer en presencia de miembros de la Comisión Pro Corpus Christi, no todos, las novedades.

No había acabado la rueda de prensa, donde se puntualizaron algunas cosas, y todo estaba colgado ya en una web cofrade, a falta de esos datos de última hora. La conclusión era clara: El 'Topo' había filtrado las novedades con mucha antelación, confirmando su deslealtad al resto de miembros y poniendo sobre la mesa que ni siquiera la Comisión Pro Corpus, está ajena a filtraciones y a desleales.

Y aunque parece que el ‘Topo’ está localizado, será el arcipreste el que tendrá que destapar al infiltrado, igual que hizo Benedicto XVI, con el caso Wikileaks.

Puede parecer una anécdota, pero estas cosas, desprestigian una comisión y crean inestabilidad.