Publicado el: Mar, 19 Jul, 2022
Opinión

"Mil gracias por todo lo que la Sanidad Pública que yo pago me negó"

En primer lugar, pido disculpas por apropiarme unos minutos de su tiempo, pero creo que tengo la obligación de dar a conocer y denunciar la penosa y dolorosa situación que me han hecho pasar la inhumana burocracia de la Sanidad Pública Andaluza o el Hospital Universitario de Puerto Real en particular.

Del Hospital Universitario de Puerto Real (Cádiz) solo percibo repudio, ecpatía, abandono e incredulidad por el trato que he recibido. Fui echado a la calle dolorido, mareado, con vómitos y sangrando abundantemente debido a la falta de dos trozos de mis dedos. Ahora, después de haber pasado ese infierno, solo siento tristeza hacia ese hospital y por su impresentable imagen que da a la Sanidad Pública, esa sanidad que como yo, millones de trabajadores pagamos. Recibí todo lo contrario de lo que esperaba encontrar en la sanidad pública de mi país.

Mi nombre es Jesús Rafael Rojo Prieto con D.N.I 75779188F, soy carpintero, un humilde trabajador como tantos hay en este país y que con tremendas dificultades económicas pagamos la Sanidad Pública (donde se incluye el citado Hospital). El pasado día 15 de junio de 2022 a las 13:45 horas tuve un accidente en una de las maquinas de la carpintería que me amputó la parte distal falange de dos dedos de la mano izquierda, ante la premura de parar la hemorragia, el intenso dolor y el nerviosismo del momento, mi jefe en su vehículo particular me trasladó desde Chiclana de La Frontera al Hospital Universitario de Puerto Real al que llegamos a las 14:05 horas. Después de sanearme las heridas me pusieron una vía, medicamentos y dos radiografías, posteriormente pedí agua, pero me dijeron que no podían darme nada porque tenía que entrar en quirófano (que osadía la mía pensar en la actitud diligente de mis cuidadores)

Después de un tiempo sin ninguna atención, sobre las 15.30 horas, viene un joven con pijama verde, al parecer traumatólogo, y me preguntó que cuál era mi hospital concertado, al que le respondí que no tenía conocimiento de eso. Me dijo que necesitaban saberlo y en vez de dirigirse a mi acompañante que estaba fuera y ellos lo sabían, en mi estado de nervios, dolor intenso, sangrando, con mareos y las falanges amputadas, tuve que coger el móvil y llamar a la empresa para que me informara de los datos de la mutua. Cuando conseguí la información que querían, me hicieron ir a  buscar al traumatólogo para comunicárselo, cuando volví a la sala y me senté estuve a punto de perder el conocimiento del mareo tan grande que tenía y con las gasas que me dieron al principio aún puestas y empapadas hacía tiempo ya de sangre, me sentí desfallecer.

A las 16.35h aproximadamente, viene la misma persona con el informe de alta de urgencias y me explica que, como ha sido accidente laboral, me tengo que ir al hospital concertado (Hospital Viamed Bahía de Cádiz). Me dice que lo siente, pero ni él mismo entiende el motivo por el cual me derivan a otro hospital.

En mi estado, con los dedos sangrando y con el único pensamiento de que me atendieran lo más rápido posible, salí de urgencias y solicité en admisión la radiografía para mostrársela al hospital concertado y así perder el menor tiempo posible, a lo que me responde literalmente el personal de ventanilla “suba a radiología, busque al radiólogo que le hizo las radiografías y le echa unas fotos con el móvil, las radiografías no puede salir del hospital”. Al no querer perder más tiempo, viendo que eran las 17:00h y no iban a hacer más por mi les pregunté si me tenía que ir, a lo que ellos asintieron y con la misma venda que me pusieron al llegar, la vía puesta, un tremendo mareo, sin parar de sangrar y sin ellos saber cómo iba a llegar al nuevo hospital, me vi en la calle.

A destacar también que desde la calle tuve que llamar a mi acompañante para decirle que estaba en la calle ya que no le habían informado de nada en ningún momento, ni siquiera para que gestionase las llamadas a la mutua que tanto trabajo y dolor me costó hacerlo.

Ante todo este doloroso despropósito, no puedo pensar otra cosa que en ese hospital prima la maldita burocracia ante el primer punto de la Carta de sanidad de Derechos de la Ciudadanía en Andalucía, donde dice: "Se recibirá atención sanitaria en condiciones de igualdad, sin que pueda ser objeto de discriminación por razón alguna..."

Toda la atención medica que me negaron, perfectamente y humanamente podían habérmela dado y después las facturas médicas trasladarlas a mi mutua. Lo lacerante y creo que punible es hacer pasar a una persona por un sufrimiento totalmente innecesario.

No es una simpleza decir que a la Sanidad Pública hay que defenderla de los ataques externos, así como tampoco es un delirio afirmar que también hay que protegerla de la despiadada burocracia y de personas que con actos como el descrito empañan su prestigio.

Mi agradecimiento de corazón a la Sanidad Privada por ofrecerme la Urgencia médica que necesitaba, la intervención quirúrgica, los cuidados y los incontables intentos para tranquilizarme ante el trauma que sufría; mil gracias por todo lo que la Sanidad Pública que yo pago me negó.

 

Jesús Rafael Rojo Prieto

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