Publicado el: Mié, 11 Ago, 2021
Opinión

Cuando el viento sopla

Foto. Leonor Montañés Beltrán.

Hoy no quiero que te lleves mis palabras, por eso no las digo y prefiero escribirlas, para que así no puedas con ellas, para que no las alejes de mí, ni de nadie. Hoy, que como siempre, me avisas con tu llegada taladrándome las sienes, maltratando mis huesos y mis músculos, agotándome, haciendo de mi dolor luego un cansancio.

Arremolinas los papeles, empujas las persianas y cierras de par en par los cristales que te impiden la entrada. Haces volar los granos de arena, bailas con la ropa que duerme en los tendederos, te vuelves romántico para manejar a tu antojo el pelo de las mujeres y luego indecente para levantarles la falda.

Vives y mueres, apareces y desapareces, te escondes a veces detrás de la marea que te hace pasar desapercibido, bajamar que carga con parte de tu fuerza y te lleva donde el horizonte para volver luego a gemir a la puerta las casas, por las esquinas. Pareces también un lamento misterioso, un murmullo, una queja, un rugido.

Eres soliloquio de las mentes cuando te disuelves con la locura.

Vas, vienes, das volteretas por las calles, como un niño inquieto, acaricias con acritud mi cara, corres como alma en pena, aire al galope, alisio que mete en el aire los susurros y los llevas hasta el mar.
Mueves las nubes, resoplas al silencio, todo a tu paso emprende el vuelo.Tiras las hojas que se han llenado de otoño, haces vibrar a las flores.

A veces me cierras los ojos, a veces metes en ellos restos de vida, a veces me empujas hasta donde no quiero ir, a veces también me detienes, como gaviota a la que contigo le cuesta alzar el vuelo.
Cuando el viento sopla el aire aúlla, se pone a prueba la entereza de los árboles, y yo dejo ir a mis lamentos, el aire los revolee, que se pierdan, que se mojen en el agua, que la sal los cure. Cuando el viento sopla, se traban las lenguas, el hijo del viento se pelea con el mundo, la paciencia tiene límites, la tierra vuela por todas partes, la noche hace ruidos. Cuando el viento sopla, como ahora.

Así que aquí me tienes: tengo como digo el cuerpo cansado de viento, la cabeza loca por culpa del viento, enfermo de viento entonces, El viento mismo que en cambio silba en la calle, a la orilla de mi ventana, y yo me imagino que así es como suena tu nombre cuando yo lo grito a los cuatro vientos.

Hoy no quiero que el viento se lleve mis palabras…

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