No quería comenzar mi columna, en la que echaremos un repasito a cositas del carnaval gaditano, sin pararme en algo que como aficionado a esta bendita fiesta me produce un amargo regusto. No hay que ser muy inteligente para ver, como cada vez son menos los grupos isleños, que acuden al concurso con un repertorio digno; cuidado, con digno no me refiero al concurso; es más bien digno a la historia propia de esta localidad, que tan grandes repertorios nos ha brindado.

Basta remontarse a  finales de los 60 para que la comparsa de La Isla,  peleara con los mejores grupos, en aquellas fechas provinciales, y que dicho sea de paso en ocasiones con más calidad que los locales en batallas épicas sobre el escenario del falla.

Me vienen a la cabeza, Floristas ambulantes en el 68, Camarones de La Isla en el 74, La sal de mi tierra en el 76 todas ellas  primer premio, y que nos valen para mostrar el potencial que aportaba esta localidad al concurso. En chirigotas igualmente tuvo años de muchísima gloria, con autores tan queridos y admirados como Requeté o Juan Rivero por poner algún ejemplo, aunque sin duda hubo muchos y muy buenos. Incluso en coros, en unas fechas como son los 90 de un nivel altísimo tuvieron  su hueco  coros de Federico gavilán, Paco Melero, o Betanzos, por citar algunos; aunque hurgando un poco cabe destacar que los tangos de agrupaciones isleñas llevan casi un siglo sonando. Hubo en los 90 volviendo a la comparsa, una nueva hornada, gente con fuerza y con muy buenos repertorios. Hojitas de yerbabuena,  Al rico parisien, Semblanza marinera, comparsas muy buenas y trabajadas, con repertorios de Eugenio Mariscal y Emilio Álvarez.

¿Cuál es el problema?

Sabemos que San Fernando sigue aportando muchísimos componentes a agrupaciones  punteras de Cádiz, con lo cual ese no es el problema. Tampoco faltan buenas plumas y músicos, ¿que falta entonces?

Mi modesta opinión; faltan personas que den un paso al frente para dirigir un grupo, faltan componentes fieles que no se vendan a las primeras de cambios a otras agrupaciones con más tirón, falta motivar a los autores con proyectos ilusionantes para que den sus mejores versiones, y falta como no, la implicación de unos políticos, que en la mayoría de las veces  no saben ni quien fue Paco Alba  para potenciar y fomentar una fiesta que tanto arraigo tiene en esta localidad, En definitiva, falta compromiso e ilusión para volver a reinventarse, si queremos que las agrupaciones isleñas vuelvan a escribir páginas gloriosas sobre el rojo coliseo gaditano.