Una significativa representación de la hostelería isleña se reunió ayer en la Casa de la Cultura para asentar las primeras bases del proyecto de asociación que se ha venido fraguando desde el último encuentro entre los profesionales de este sector durante el pasado mes de junio. El motivo no es otro que la necesidad de gritar a una sola voz para hacer frente a la desprotección que afirman sufrir por parte de las autoridades municipales, lo cual -aclaran-, “no implica que vayamos contra ellas”.

La iniciativa se ha definido desde el primer momento como “un movimiento apolítico, sin ánimo de lucro, que viene a sumar y no a restar a la sociedad mediante confrontaciones innecesarias”. Es decir, buscan reivindicar de forma plural los intereses de este colectivo cuyo peso es de sobra conocido en lo que respecta a la economía local.

Aún es pronto para conocer los patrones que regirán la futura asociación pero durante el encuentro ya se mencionaron algunos puntos básicos como son, por ejemplo, la dificultad de acceso al centro de la ciudad, donde se concentra una gran cantidad de estos establecimientos, la pobre oferta lúdica y cultural necesaria para atraer gente a la calle, o los limitados horarios que marcan el funcionamiento de sus terrazas en comparación con otros municipios de la provincia, incluso de la propia mancomunidad. A este respecto destacaron su incomprensión en torno a las justificaciones oficiales: "¿por qué los compañeros de localidades cercanas no tienen este problema?", se preguntaban al respecto.

Asimismo reivindican la optimización de productos autóctonos como la sal o el pescado, más inversiones para informatizar la ciudad o una mayor competitividad entre las empresas asociadas. No se obvio tampoco la dificultad de llegar a un punto de acuerdo con los vecinos del centro, quienes, amparados en su “derecho al descanso”, se han visto envueltos con los hosteleros en una problemática que a día de hoy ya es histórica. “No vamos en contra de ese derecho, pero si no ponemos todos de nuestra parte la economía se va a pique”, afirmaron los miembros de la junta rectora, entre cuyos planes, aclaran, no entra instalar discotecas públicas hasta las cinco de la mañana a pesar de haber recibido denuncias falsas en más de una ocasión, por supuestos escándalos que ciertos ciudadanos aseguraban sufrir aun estando vacío el local en cuestión.

Durante la reunión se puso también sobre la mesa la imprecisión de que adolecen las bases de datos municipales sobre este sector económico tan importante para San Fernando, “los organismos competentes no se hacen a la idea de los cientos que somos”, incidían al respecto. De modo que esta última convocatoria ha supuesto todo un trabajo de campo donde sus propulsores han ido “puerta por puerta, calle por calle, barrio por barrio” fundamentando la necesidad de crear esta asociación. “Pedimos perdón si nos hemos dejado algún negocio”, indicaron los allí presentes, “pero estamos abiertos a que todos aquellos hosteleros que deseen formar parte de la iniciativa y no hayan podido acudir a esta reunión, se vayan incorporando sobre la marcha”.

La cita concluyó con la recapitulación de su principal objetivo: “sólo queremos una sectorización de la hostelería. “No vamos contra unas autoridades que, en definitiva, han sido elegidas libremente por el pueblo, es más, nos gustaría apoyarnos en ellas y que éstas hicieran lo mismo con nosotros”. Quedaba así cerrada la sesión, y formalizada la asociación mediante futura acta, pendiente de oficializar unos estatutos que en breve se irán gestando y una junta directiva para la que ya se han presentado los primeros voluntarios. “Aún estamos a tiempo de lograr más ‘noches blancas’ para la hostelería”, comentaban esperanzados los contertulios.