Lejos quedan los tiempos en que mi abuela iba a pagar la luz a “La Popular” en la Calle Cervantes. Tiempos después aquello fue la “Sevillana” de grato recuerdo para toda la infancia de los años sesenta y setenta. Porque aquella instalación tenía una puerta por la citada calle Cervantes y otra que daba a un patio que se abría a la Calle “de los Muertos” ni que decir tiene que el entretenimiento de los niños era pasar de un lado a otro sin que te cogiera el guarda.

Recuerdo aquellas oficinas como simples y tétricas – había que soltar el parné- y aquellos cortes interminables que siempre se producían en el momento más inesperado: Cuando tu padre se estaba afeitando, cuando Asensi iba a tirar un penalty en aquellas retransmisiones domingueras de la Primera Cadena o en el justo momento en que Errol Flynn iba atacar el barco pirata en las películas de la recordada “primera sesión”.

En todas las casas era habitual tener más velas que el Nazareno, repartidas por cajones de cocina, aparadores y mesitas de noche, ya que la luz volvía cuando volvía... que podían ser varias horas y las casas, del olor y la iluminación, parecían mas el Quinario del Medinaceli.

También la falta de luz afectaba al Trolebús, que ya de por si los días de lluvia daba unos calambrazos de consideración, no era raro que el “Trole” se quedara parado en medio de la Calle Colón.

Pues mira tu por donde, después de tanto tiempo, en la época de los ordenadores, los planes energéticos y las facturas personalizadas, me quedo totalmente sorprendido al saber la noticia de que la Isla no tiene suficiente capacidad eléctrica para que funcione el famoso y nefasto tranvía. Realmente pienso que si la ciudad no esta gobernada por los Hermanos Marx.

Todo indica que volvemos a los tiempos de “La Popular”, así que vayan comprando velas en “Narciso” y prepárense a comprar cascos de mineros para ver en esta ciudad a oscuras -un día un barrio, un día otro- o busquen por internet si Errol Flynn aborda o no el barco. Porque cualquier día de estos que estrenen el “Tren-Tran” se va la luz y no vuelve.

Y como decía el padre de mi amigo Julio “tendrán que repartir la luz con cazos”