Publicado el: Lun, 21 Abr, 2014
Opinión

Hora de hacer balance

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La mejor Semana Santa en una década se ha saldado con la suspensión de una única salida procesional, la de la Resurrección. Antes de 2002 hubiéramos pensado que ha sido una Semana Santa mala, porque una cofradía se ha quedado en el templo, pero después de sufrir durante más de una década la presencia de la lluvia en el primera mitad de la Semana Santa o en la segunda, que sólo una se haya quedado en el templo, y teniendo en cuenta los días soleados y buenas temperaturas, hacen que se pueda realizar un balance positivo.Todo, si tenemos en cuenta que sólo el año pasado 7 cofradías se mojaron y 4 no salieron.

Sin embargo, después de una Semana Santa es hora de hacer balance y una crítica constructiva sirve para corregir aspectos que sin duda pueden mejorar la Semana Mayor. Loable la decoración de la fachada del Palacio Consistorial y muchos vecinos que han exornado sus balcones. Loable las banderas a media asta, aunque éstas no pueden estar así un Domingo de Resurrección, aunque llueva con fuerza. La Isla ya no sólo tiene el problema de los cables para echar fotos. Ahora tiene más con los del tren tranvía y encima puestos de feria en la Plaza del Rey y en la Alameda, que en nada favorecen la celebración de la Semana Santa en el centro. Parece que da igual que sea Navidad, Carnaval, Semana Santa o Feria, cuando cada cosa tiene su sitio y sus condiciones. ¿Estarían dispuestos los munícipes a colocar puestos de Feria en los mismos sitios en torno al 24-S? Convertir una celebración institucional en una feria no parece, pero tampoco una celebración como la Semana Santa. No se discute que se pongan puestos, sino la idoneidad del momento y del lugar.

En otras ciudades existen pasillos para que el público pueda pasar de un lado a otro y cruzar. No se trata de cruzar cuando una procesión discurre, pero la Carrera Oficial tiene dos cruces, uno a la altura de la calle San Diego y otro junto al palquillo de entrada. No parece que haya que dar la vuelta a toda la estructura para cruzar de un lado a otro, de forma controlada.

El centro es el gran beneficiado de la Semana Santa, pero la colocación de mesas y sillas reduciendo el espacio mínimo para peatones es un peligro y algún día puede costarle caro al propio Ayuntamiento, pues la seguridad de las personas está por encima de cualquier otro interés y el Plan de Seguridad de la Semana Santa así debe preverlo, como también debe obligar a que las hermandades lleven un extintor junto a cada paso, en el mismo carro donde llevan otros enseres como cirios, incienso, escaleras o agua, entre otros. Eso es ganar en seguridad para todos.

Otra capítulo aparte merecen las hermandades y el comportamiento de sus hermanos y acompañantes.

Sin duda es hora de hacer balance y de corregir todo aquello que sirva para mejorar.

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