Publicado el: Mar, 13 Oct, 2015
Nuestro Patrimonio

En torno a un centenar de placas conmemoran el siglo XX en La Isla de San Fernando

Recuerdo a Rodríguez de Arias, en Santísima Trinidad (1887)

Recuerdo a Rodríguez de Arias, en Santísima Trinidad (1887)

Las más antiguas datan de las últimas décadas de la centuria decimonónica.

Unas conmemoran a personajes ilustres, otras, a entidades y asociaciones, las hay también que se colocaron para recordar efemérides o aniversarios. La mayoría es de piedra y luce sobre viejas paredes isleñas, o bien, frente a monumentos independientes a éstas. A veces se ha optado por el metal y, últimamente, se estilan los azulejos, a imagen y semejanza de los mosaicos cofrades.

En torno a un centenar de placas conmemorativas pueden contabilizarse a lo largo de un completo paseo por el centro de la ciudad, ya que la mayoría se concentra en la zona histórica -iglesias, sitios constitucionales, casas donde nacieron isleños ilustres-. Un mundo tan 'de diario' como desconocido en esta ciudad que de pronto inaugura una placa y aún antes se olvida de ella, y así, a un amplio abanico de personajes fundamentales en el devenir de La Isla abarcando desde altos cargos de La Marina, hasta cofradías, pasando por escritores, artistas y cantaores flamencos. ¿Quién recuerda hoy a Juan Bautista Lazaga, Cecilio Pujazón o Rodríguez de Arias?

Es la dedicada a éste último, sin duda, una de las más antiguas que decoran los muros del centro, al final de la calle Santístima Trinidad, lindando con la plaza que heredó su nombre y, de paso, el centro de salud que ocupó este espacio, antaño conocido como 'plaza de Viñuelas'. Hijo Preclaro de la ciudad, Rodríguez de Arias fue un ilustre General de La Armada, Ministro de Marina, nacido en dicha casa el 2 de mayo de 1823. El pueblo de San Fernando, amante entusiasta de las glorias patrias, tributa este homenaje de gratutud, según reza el bloque, perfectamente conservado sobre la fachada, e impuesto en su día a iniciativa de la Junta Popular de Defensa en atención a los servicios practicados para los intereses del país, de la marina y de sus arsenales. Entre otros méritos, a Rodríguez de Arias se le reconoce haber cooperado para que la Marina cediera al municipio los terrenos de la actual Glorieta, luchar contra el despido de operarios de La Carraca y evitar el traslado a Cádiz de la Capitanía General:

Placa en memoria de Ortiz del Barco, en Ancha (1950)

Placa en memoria de Ortiz del Barco, en Ancha (1950)

Al comenzar el siglo y en esta casa, se escribieron las 'cartas marítimas' por Manuel Rodríguez Martín, que hizo famoso el seudónimo de Ortiz del Barco. Al cumplirse el cincuentenario de tan celebrada publicación, el Círculo de Artes y Oficios de San Fernando, del que fue fundador, dedica este recuerdo a la memoria de tan ilustre escritor.

Es otro de los textos que pueden contemplarse, en este caso, a lo largo de la calle Maestro Portela o 'Ancha' como popularmente se la conoce, en recuerdo de este escritor nacido en Motril (Granada) en 1859, pero fallecido y residente gran parte de su vida en La Isla, donde desarrolló la mayoría de sus trabajos de investigación y escritura creativa. Llegó a ser una verdadera autoridad en estas materias, así como en el campo científico-jurídico-militar, recibiendo los elogios de infinidad de eminencias de su tiempo.

Placa inaugurada en 2007, en Torre Alta.

Placa inaugurada en 2007, en Torre Alta.

Es curioso, sin embargo, que la inmensa mayoría de estas piezas (en torno al 75%) daten de los últimas tres décadas, incentivándose, especialmente, a raíz del aniversario de los hitos constitucionales. Tanto el Real Teatro de Las Cortes -con cuatro placas pertenecientes a distintos momentos históricos- como el Puente Zuazo presentan esta 'condecoración'. Una de las menos conocidas es, en cambio, la que luce el denominado 'Campo de la Constitución', o lo que viene a ser igual, el Parque del Barrero. Aquí se procedió a la Jura de la Constitución de la Monarquía Española el 29 de marzo de 1812 con asistencia de las tropas aliadas en aquel momento, inglesas y portuguesas, por lo que se procedió, doscientos años más tarde, a perpetuar Las Cortes de un modo indeleble hasta la más remota posteridad de memoria del lugar en el que se realizaron tan gloriosas, tiernas e interesantes escenas.

Son solo breves pinceladas de las muchas huellas que el cañaílla ha ido depositando en los recovecos de su ciudad, que en ocasiones potencian ese sentimiento de orgullo, en otras, arrepentimiento, y, en la mayoría de los casos, curiosidad ante el desconocimiento.

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Mostrando 1 comentario
  1. Carlos Facio dice:

    Interesante artículo... Comencé el 24 de agosto del 2012 a recopilar en un blog (http://unaisladeplacas.blogspot.com.es) las placas que pueblan las calles de San Fernando; materializando así una inquietud surgida varios años antes...

    Como escribí en esa primera entrada: "La historia de cualquier pueblo es la historia de sus gentes, de sus personajes, de sus hechos y sus acontecimientos"... Y así lo sigo creyendo: la historia (ó al menos, parte de ella...) de un pueblo se puede escribir haciendo un recorrido por sus placas. Personajes, hechos, sitios,... todo se refleja en ellas.

    Gratifica, pues, leer un artículo como éste, que muestra muy bien cómo "pinceladas" de la historia de La Isla, la Real Isla de León, no lo olvidemos, se exponen a la vista de todos; aunque, probablemente, haya pasado casi desapercibida... Hasta ahora...

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