Publicado el: Mar, 29 Abr, 2025
Pá mojá

La Agencia Española de Seguridad Alimentaria explica qué hacer tras un apagón eléctrico

Comprobar el estado de los alimentos de tu frigorífico y congelador

¿Qué hacer con los alimentos del frigorífico y del congelador tras un apagón?

Tras los recientes cortes de luz registrados en las últimas horas, son muchas las familias que se preguntan si los alimentos guardados en el frigorífico o en el congelador siguen siendo seguros para el consumo. La preocupación es comprensible: un apagón prolongado puede comprometer la cadena de frío y con ello aumentar el riesgo de intoxicaciones alimentarias. Estas son algunas recomendaciones clave a tener en cuenta, según criterios de seguridad alimentaria avalados por organismos oficiales como la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan).

En primer lugar, si el corte de suministro eléctrico ha durado menos de cuatro horas, no hay motivo para alarmarse. Los frigoríficos modernos están preparados para mantener la temperatura interna por debajo de los cinco grados centígrados durante ese tiempo, siempre que se evite abrir la puerta innecesariamente. En ese caso, no es necesario desechar ningún alimento.

Sin embargo, si la interrupción ha superado las cuatro horas, la situación cambia. Los alimentos perecederos como carnes, pescados, pollo, huevos, productos lácteos frescos (como la leche o el queso fresco) y platos ya preparados o sobrantes deben ser descartados si han estado a temperatura ambiente durante ese periodo. Estos productos son especialmente sensibles a las variaciones térmicas y pueden estropearse aunque su aspecto no lo indique.

También deben desecharse las frutas y verduras cortadas o envasadas, como las ensaladas listas para consumir. Por el contrario, las frutas y verduras enteras suelen tolerar mejor estas situaciones y pueden mantenerse si conservan buen aspecto, aunque siempre es recomendable lavarlas bien antes de su consumo.

Hay alimentos que, aunque se almacenen habitualmente en el frigorífico, no necesitan refrigeración constante. Es el caso de las conservas cerradas, las bebidas alcohólicas, los refrescos o incluso el chocolate. Estos productos pueden seguir consumiéndose con normalidad.

En cuanto al congelador, su capacidad de conservación depende del tiempo que haya permanecido cerrado. Si no se ha abierto durante el apagón, puede mantener la temperatura de congelación entre 24 y 48 horas. Si los alimentos del interior siguen completamente congelados o fríos al tacto, pueden volver a congelarse. Pero si están parcialmente o completamente descongelados y no sabemos cuánto tiempo han estado así, lo más seguro es desecharlos.

Por último, una recomendación fundamental: nunca se debe probar un alimento para decidir si es seguro. Aunque huela bien o tenga buen aspecto, puede estar contaminado.

Para información más detallada, se puede consultar directamente a la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan) en su sitio web oficial

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