Publicado el: Lun, 29 Ene, 2024
Opinión

Hablar de todo y de todos

Imagen. National Georgraphic en Español.

Muchos, podríamos hablar de todo y de todos. Da lo mismo estés en el centro del poder nacional, Madrid, del poder regional de tu región, o estés en provincias o localidad o aldea.

Da lo mismo, hoy, con la enorme cantidad de medios de comunicación, de noticias y de informaciones. Hoy, en y con personas que llevan décadas informándose o lleven unos meses. Todo el mundo puede hablar de casi todo, y de casi todos. Todo el mundo tiene su criterio, y, si no lo tiene, se informa con varios datos de los que están en la inmensa manada de ideas y hechos y argumentos que recorren las vértebras electromagnéticas de Internet. Y, ya tienes un discurso. Te asomas con los ojos a la televisión, durante lustros muy denostada en ambientes culturales y culturalistas, ahora, le toca hacer y decir lo mismo de Internet.

Ahora, te encuentras en tantos sitios y lugares, personas, que se nota han mirado internet, han recogido cuatro ideas, las adoptan a su ideología y las expresan como si fuesen catedráticos eméritos de universidad en ese saber. Y, los que de verdad saben, que son los cátedros y cátedras callan en sus silencios, con sus publicaciones para sus bibliotecas. Es un enorme error y enorme mal, que los medios de comunicación no pregunten a quienes saben, no solo a periodistas profesionales, sino a los expertos en cada materia, y, de todos los colores...

Por tanto, usted y su vecino y este modesto escribiente, podría hablar de mil folklóricas, además de mil oficios como las castañeteras del retiro, de mil fiestas, de mil ideas y razones y enunciados y de mil cosas. Pero en el tema de las personas, que tanto gusta, que los medios de comunicación tanto explotan y aran y siembran, también podría hacerlo. De algunas personas y personajes, voy recibiendo noticias e informaciones, desde hace lustros. Por tanto, algo sé de ellos y de ellas. Algunos nos han metido sus cuchillos y sus rostros, en todos los medios de comunicación, otros tuvieron mucha presencia y ya se han olvidado...

Puede que hable de mil oficios, de mil ideas, de mil hechos, pero aunque estoy pagando un enorme precio, no hablaré de las personas, o solo de forma tangencial o muy limitada, y, supongo que siempre habrá alguna excepción, pero siempre lo haré, hasta ahora lo he hecho, con piedad y misericordia. Ya sé, el principio que indica, que los cargos públicos, de alto nivel económico o político o cultural, tienen una dimensión pública, y, que deben ser juzgados y sentenciados y condenados o absueltos.

Pero yo no soy juez, puedo indicar, ideas o hechos que me parecen correctos, de unos o de otros, o de alguno. Pero raramente, pondré nombres y apellidos. Siempre hablaré en general y en abstracto y, cada uno si quiere lo aplique a quién quiera... Al final, es mejor, es más profundo hablar en abstracto, que hablar de un ser concreto. Porque así el lector o lectora, si desea lo aplica a su vecino a un alto cargo con alta carga de ayer o de hoy. A veces, hay que hablar de César y Pompeyo y de Jerjes y Leonidas para que el lector, si desea entienda que puede aplicarlo al siglo veinte, a su presente del siglo veintiuno...

Pago un precio, no paso de jugar en campos y equipos de segunda, me dicen y me sugieren, si no entro en la política real y activa, con nombres y apellidos y siglas y formas, nunca entraré en los equipos de primera de Madrid. Puedo tirarme toda la vida, estar en los campos regionales. Puede que el mismo artículo o columna publicado por un medio de Madrid, nacional y generalista, la misma columna sea tomada como una obra genial, y, en cambio publicado en otros medios más modestos y con menos audiencia, es visitada, por unas decenas de personas, y, los mismos que la leen y los mismos que la miran, pueden pensar que no tiene apenas valor. Eso es lo que siempre ocurre, un ser humano bien vestido parece más que un ser humano peor vestido. Es diríamos, el problema de la esencia-substancia y el accidente y la apariencia de esencia y accidente –en fin, no puedo aquí meterme en cuestiones ontológicas y metafísicas...-.

Pero no lo haré, hablaré de todo lo que pueda y quiera y crea conveniente, hablaré en general y en abstracto, hablaré de Pericles y de Ramsés II o de Sargón, hablaré de los imperios acadicos y sumerios que se consideran los dos primeros imperios de Mesopotamia –y, por tanto, nuestros precedentes, somos hijos de los sumerios y acadios-, y, hablaré del Antiguo Egipto, -porque también somos hijos del Egipto Antiguo y de la Jerusalén antigua-, también de los imperios que vienen después.

Hablaré de acciones y de actos y de cosas y de personajes y personas de esos tiempos. Y, usted si quiere, puede entender lo que quiera, puede aplicarlo a lo que quiera, y, usted, con su inteligencia y su razón y su memoria y sus deseos y sus fines haga lo que quiera... Mientras tanto, yo seguiré jugando en campos y estadios de segunda fila, porque como no hablo bien o mal, a favor o en contra, de los Pericles de hoy, de los César de hoy, de los Marco Antonio de hoy, de las Cleopatras de hoy, pues como no hablo de todos ellos, de los de hoy, pues debo quedar jugando en campos de fútbol de tercera... ¡Paz y bien...!

Sobre el autor

- Sección en la que trataremos temas de actualidad con un sesgo literario-filosófico.

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