Publicado el: Lun, 11 Abr, 2022
Actualidad

La Isla volvió a respirar el fervor de un Domingo de Ramos tras dos años de larga espera

Foto. Antonio Quintero.

Después de dos años de paro obligatorio por la pandemia, San Fernando se echó a la calle y disfrutó de un muy esperado y especial Domingo de Ramos, que aunque estuvo marcado por el viento de levante, lo cierto es no sopló con demasiada intensidad y no deslució los cortejos procesionales.

Las puertas de la Capilla de La Salle se abrieron puntual, a las 15.50 horas, de manos del pregonero de la Semana Santa y la alcaldesa. Fuera una población deseosa de volver a ver cofradías en la calle llenaba el tramo de calle Real entre la Almeda Moreno de Guerra y Sánchez Cerquero. La Hermandad Lasaliana recibió, tras su cruz de guía, las sonrisas de los jóvenes ataviados con hábito hebreo que, junto a una amplia representación de nazarenos otras de Hermandades isleñas, precedían al paso de misterio de Cristo Rey en su triunfal entrada en Jerusalén, el cual ha dado por concluida su fase de tallado de su canastilla. Tras él y seguido por unos 350 Hermanos, María Santísima de La Estrella, que este 2022 cumple 40 años desde su primera salida procesional, lucía brillante sobre sus andas, recientemente restauradas, y andando bajo los sones de la Banda de Música puertorealeña de Pedro Álvarez Hidalgo. La imagen de la jornada la puso la Hermandad cuando se dispuso a bajar la calle Tomás del Valle y subiendo posteriormente las Siete Revueltas.

Foto. Antonio Quintero.

Mientras la Hermandad de Borriquita hacia su paso por Carrera Oficial, se ponía en la calle la Hermandad de Humildad y Paciencia, desde el Barrio de La Ardila. Las túnicas blancas comenzaban a inundar las avenidas Ponde de León y Al-Andalus a un ritmo importante debido a la distancia que separa a la hermandad del centro de la ciudad y deseosa de encontrarse con las calles estrechas para resguardarse del viento de levante. El paso de misterio de Nuestro Padre Jesús de la Humildad y Paciencia contaba con el estreno de los cascos y armaduras de los soldados romanos dando a la escena una mayor vistosidad. Nuestra Señora de las Penas se encontraba exornada con flores blancas y con los sones de la AC Maestro Agripino Lozano. Una vez alcanzado el centro de la ciudad, el discurrir de la Hermandad fue más pausado, siempre respetando su horario establecido, llegando a la calle Manuel de Arriaga sobre las 22.00 horas. Una vez llegado al barrio de La Ardila, la hermandad el ponía su punto y final a su salida en su horario establecido.

La Hermandad de Columna abría su Estación de Penitencia a las 18.30 horas con una Plaza de la Iglesia a rebosar de público, al igual que ocurrió en el total de su itinerario. Un cortejo que con el paso de los años se engrandece y con un 'Barrio de La Iglesia' que se entrega cada Domingo de Ramos con su hermandad.

En resumen, un Domingo de Ramos que se vio marcado en algunos tramos por el viento de levante que azotó la ciudad por momentos, pero que no apagó la llama cofrade de esta primera Semana de Pasión postpandemia.

 

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