Eugenio Belgrano, espeleólogo: "San Fernando ha rechazado nuestros servicios en dos ocasiones"
"A las iniciativas privadas nos ponen mil trabas, pero en cambio las instituciones, a veces, se saltan sus propias normas como les da la gana".
Se llama Eugenio Belgrano y muchos le conocerán por el tiempo, esfuerzo y pasión invertidos en la reivindicación de los subsuelos de Cádiz como fuente histórica y atractivo turístico.
Todo empezó cuando era pequeño, "entonces se hablaba de unas cuevas... se sabía de su existencia, pero eran totalmente desconocidas". Son las ahora famosas cuevas de Mariamoco, que descubrió junto a un amigo en un paraje sin igual, un subsuelo que llevaba años sin ser pisado por ningún otro hombre y que, desde entonces, se convirtió en su lugar secreto de reuniones.
Aquella experiencia le marcó y, tras hacerse espeleólogo, continuó explorando lugares secretos, esos que con el paso del tiempo se habían ido perdiendo. Pozos, aljibes, grutas, sótanos que tras ser investigados resultaron ser mucho más que eso. Un sin fin de curiosidades que, apoyadas en la investigación y el consejo de historiadores y arqueólogos, está logrando sacar adelante no exento de sacrificio. Su objetivo es convertir las criptas del desaparecido beaterio de la Orden Tercera de San Francisco (Calle Velarde, Cádiz) en futuro centro de interpretación del subsuelo gaditano.
Pero no sólo allí ha centrado sus investigaciones. También hay casos similares en El Puerto de Santa María, con los manantiales de Sidueña y de La Piedad, en las cuevas-canteras de la Sierra de San Cristóbal; en Jerez, donde demostraron la existencia de los túneles secretos de La Cartuja -sistemas de abastecimiento de agua-. También en Los Albarizones, barriada de la misma ciudad, hallaron conductos similares para abastecer la fuente de la Alcubilla que "bien podría remontar su embrión a época romana a tenor de los documentos encontrados". "Abastecimientos de agua, alcantarillado o túneles defensivos son las tres grandes tipologías de túneles subterráneos con las que nos hemos encontrado", explica.
Y aquí es donde llega lo interesante. Ante la aparición de un aljibe en marzo durante las obras efectuadas por Hidralia en la calle Méndez Núñez de San Fernando, el equipo coordinado por Belgrano se puso en contacto con el Ayuntamiento isleño tras leer en prensa la intención de la Junta de "enviar a un espeleólogo que se introduciese en la cisterna". Ofrecían sus servicios de manera totalmente altruista, dispuestos a colaborar, ya que "somos los únicos que tenemos el equipo necesario para realizar este tipo de incursiones". Además escribieron una carta de presentación exponiendo todos los trabajos similares realizados hasta el momento como espeleólogos profesionales, "hacemos algo nuevo, investigamos cuevas 'urbanas' y no naturales como suele ser habitual, todo el mundo nos conoce". Pero lo cierto es que jamás recibieron respuesta. "Sólo queríamos tomar medidas, algunas fotos y entregar todo el trabajo a los dirigentes, pero nunca nos respondieron".
Era algo que ya habían intentado un año antes, con las mazmorras del Ayuntamiento, pero recibieron la negativa del gobierno de Loaiza por "ser un lugar en ruinas y muy peligroso". Debido a ello y ante la pregunta de "si volverán a intentarlo", este equipo duda si ofrecer sus servicios a una ciudad donde les han cerrado las puertas en dos ocasiones, "no sé hasta qué punto estaremos dispuestos a invertir tiempo y dinero en algo así", declara.









Primero aprende hablar, se formal y formate y luego te metes bajo un boquete, que como tu hay mil
Ojalá lo intenten... y sean escuchados.
Por mis conocimientos de estudios de este tipo realizados en otros municipios, estoy seguro de que merece la pena.