Libro de Actas de la Archicofradía de la Palma.

El historiador isleño, especialista en Patrimonio Archivístico y Documental, y miembro de ADIP, habló esta semana en el IV Ciclo de Jóvenes Investigadores de la UCA sobre los avances en el estudio de los fondos de la Archicofradía de la Palma que actualmente desarrolla este colectivo en Cádiz.

Siguen dando fuerte los cañaíllas formados, profesionales en las diferentes áreas del Patrimonio Cultural, que esta semana, en la capital, protagonizaron los documentos históricos, de la mano de Antonio de la Cruz, en el IV Ciclo de Jóvenes Investigadores de la Universidad de Cádiz.

Porque ‘Investigación’ con mayúscula es lo que están llevando a cabo los profesionales de ADIP, la Asociación para la Difusión y Defensa del Patrimonio de la Provincia de Cádiz, respecto a los fondos documentales de la Archicofradía de la Palma, un rico legado que hasta ahora sólo había sido investigado de manera amateur, y que gracias a este grupo de historiadores -a cuya junta directiva pertenece de la Cruz- verá la luz en una próxima monografía.

Es precisamente el tema que abordó durante su conferencia este isleño, tras una primera toma de contacto el pasado 24 de octubre donde se expuso públicamente la primera criba documental. La capilla, la corporación y, muy especialmente, el maremoto de Lisboa del año 1755 milagrosamente frenado por intercesión de Ntra. Sra. de la Palma según crónicas piadosas de la época, protagonizaron la sesión. Pero no sólo la historia religiosa tuvo su hueco, también la crónica social “porque es increíble la cantidad de descubrimientos que pueden salir del estudio de las actas y de los censos de nuestras antiguas corporaciones”, señala de la Cruz a la redacción de este periódico.

Enlazado con el tema de su tesis doctoral, que se centra en la investigación de las filigranas y marcas de agua en el Patrimonio Documental, campo en el que acumula gran experiencia pese a su juventud, extrajo a modo de conclusión “la importancia de estos archivos, muchas veces olvidados, como puentes de estudio a la hora de obtener datos no sólo de la corporación a lo largo de las diferentes etapas, sino también, y paralelamente, de la evolución de la sociedad en la que ésta se circunscribe”.

Antonio de la Cruz y Moisés Camacho, durante la ponencia.

Nacido en San Fernando y de apellidos arraigados, vive actualmente en Cádiz donde ejerce la mayor parte de su actividad profesional. Como miembro de ADIP junto al presidente, Moisés Camacho, Margarita Fernández -actualmente en el Archivo Municipal de Puerto Real-, Salvador Santos o José León Rojas, es consciente de que el colectivo cada vez va a más. Quedó demostrado con el gran éxito del ‘Día del Patrimonio Solidario’ tras kilos y kilos de alimentos recogidos, y ha vuelto a ser patente tras agotarse, en menos de 24 horas, todas las plazas para la que será su próxima actividad: un paseo por las leyendas de la Semana Santa gaditana.

También, relacionado con el mundo de las hermandades y cofradías, está otro de los trabajos recientemente ejecutados por de la Cruz, consistente en la transcripción del testamento de Pedro Gómez, de Jerez, en 1554. Lo verdaderamente interesante de dicho documento es que contiene la primera mención expresa a la cofradía de la Vera Cruz de Chiclana, para la que la también profesional del Patrimonio, Carmen Arias, se encuentra realizando labores de restauración y conservación.

Licenciado en Historia y con Máster en Textos y Documentos por la Universidad de Córdoba, compagina actualmente su Doctorado -un estudio del papel basado en las marcas y filigranas entre los siglos XVI y XIX-, con la participación en diversos actos culturales, además de su implicación en ADIP, impartirá el próximo 9 de junio una nueva ponencia en Jerez de la Frontera con motivo del Día Internacional de los Archivos. Esta iniciativa deriva, a su vez, del estudio presentado el pasado año en el Congreso Internacional de Filigranas en Colecciones Digitales organizado por la Generalitat Valenciana, sobre las filigranas en protocolos notariales de Jerez entre los años 1392 y 1500.

Asimismo, y desde que realizó sus prácticas en el Archivo General del Obispado de Córdoba, colabora con el IPCE -Instituto del Patrimonio Cultural de España-, como parte del Proyecto ‘Bernscein’, en el que están implicadas importantes instituciones, entre ellas, la Academia de las Ciencias y las Artes de Viena o la Biblioteca Nacional de Alemania. Dicho Proyecto contempla el estudio de filigranas y marcas de agua a nivel internacional, teniendo catalogadas ya una cantidad aproximada de dos centenares.

Cartel del Ciclo de Conferencias de Jóvenes Historiadores 2015.

Desde que cuatro profesionales gaditanos desempleados -aunque la mayoría de ellos ya no lo están- formaron ADIP, “nos hemos dado cuenta de las necesidades que verdaderamente tiene la sociedad de explotar su Patrimonio”, por eso, los miembros se han reunido ya con todas las instituciones que dicen estar interesadas a la espera de que alguna de éstas decida, por fin, darles el empujón. Lo cierto es que en apenas seis meses de vida han hecho mucho más de lo que cabría apostar. Están faltos de medios, pero “queremos que esto crezca y podamos hacer de puente para que los ciudadanos de todos los municipios de Cádiz conozcan de primera mano el Patrimonio de la Provincia, tanto el suyo como el de sus vecinos”.

Lamenta la desprotección que, a su juicio, sufre el Patrimonio de San Fernando, pues, aun viviendo en Cádiz, no ha podido evitar conocer el estado en que se encuentran los cañones hallados en junto al Puente Suazo -hoy arrumbados en el edificio ‘fantasma’ del Parque de la Historia y del Mar-, o el que sufren las cistas púnicas del Cerro de los Mártires. “Creo que es incomprensible lo poco explotadas que están las salinas, o los molinos -a excepción del Zaporito-, en ruinas”, comenta sobre otros ámbitos del Patrimonio de la ciudad, el cual, espera, sea pronto enriquecido con la inminente apertura el Castillo de San Romualdo, “la prueba que necesitamos para demostrar que el concepto en torno al Patrimonio y la Cultura está cambiando”.

Alejandro Díaz Pinto