Publicado el: Vie, 6 Feb, 2015
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Bronquiolitis

Doctor exam¿De qué hablamos?

La bronquiolitis es una enfermedad infecciosa de la vía respiratoria inferior que afecta funda-mentalmente a niños menores de 2 años. Se podría considerar como el primer episodio agudo de sibilancias (pitos en el pecho), precedido por un cuadro respiratorio de origen viral que afecta a niños menores de 2 años y preferentemente en el primer año de edad.

¿Cuál es su causa?

El virus respiratorio sincitial (VRS) es la primera causa de infección respiratoria aguda grave en forma de bronquiolitis y, además, es la principal causa de hospitalización por infección del tracto respiratorio inferior en menores de 2 años. Este virus se manifiesta con mayor gravedad en lactantes prematuros y en lactantes con displasia broncopulmonar (DBP), en afectados de cardiopatías congénitas y en ciertas inmunodeficiencias.

Existen otros virus causantes de bronquiolitis como los virus parainfluenzae, influenzae, adenovirus, rinovirus, los nuevos coronavirus y los recientemente descritos, metaneumovirus y bocavirus humano.

La forma de presentación predominante de la bronquiolitis es epidémica estacional durante los meses fríos, desde noviembre a abril, con la máxima incidencia de noviembre a febrero de cada año, por lo que actualmente nos encontramos en época de alta frecuencia.

¿Cómo se contagia?

La fuente de infección viral es generalmente un niño o un adulto con una infección respira- toria banal o asintomática, teniendo un periodo de incubación de aproximadamente 2-8 días tras el contacto inicial. Algunos factores que facilitan la infección por el VRS son el humo del tabaco, el contacto con otros niños enfermos, la asistencia a la guardería, el medio urbano, la vivienda desfavorable, el hacinamiento y los antecedentes de enfermedad respiratoria neonatal. Por el contrario, la lactancia materna es protectora frente a la infección por VRS, por la transmisión de anticuerpos anti-VRS específicos.

Asimismo, existe un importante riesgo de transmisión intrahospitalaria de la infección por el VRS a través de las manos del personal sanitario, tanto a niños hospitalizados como a las personas que los atienden, por lo que adquiere importancia capital en correcto lavado manual.

¿Cuáles son sus síntomas?

El cuadro clínico comienza, típicamente, con síntomas de vías respiratorias altas, como mucosidad abundante, tos y estornudos, junto con febrícula (temperatura menos de 38ºC) y menor apetito. En un período de 1 a 4 días, la tos se hace más intensa, y se instaura dificultad respiratoria e irritabilidad. Según progresa la enfermedad, el lactante presenta signos de dificultad respiratoria y, en los más pequeños, la apnea (episodios breves de cese de la respiración) puede ser el síntoma más llamativo.

Afortunadamente, la mayoría de los casos son formas leves y el proceso se resuelve en una semana, pero en ocasiones el cuadro puede evolucionar hacia formas más graves, con rechazo del alimento e incremento importante de la dificultad respiratoria.

¿Cómo se diagnostica?

El diagnóstico está basado en la anamnesis y en la exploración física. Las exploraciones complementarias no son útiles para el diagnóstico, pero ayudan a diferenciar la bronquiolitis de otros procesos de similar presentación en menores de 2 años: crisis asmática, tos ferina, aspiración por reflujo gastroesofágico, cuerpo extraño en la vía aérea, fibrosis quística, etc.

Apoya el diagnóstico el test virológico de detección de VRS, mediante la detección del virus en secreciones nasofaríngeas. En caso de ser positivo, hay que tener en cuenta que el resultado no modifica la actitud terapéutica, pero es útil porque permite tomar medidas preventivas para evitar la diseminación de la infección. Además, su identificación puede reducir la utilización de antibióticos.

No se recomienda realizar de forma sistemática una radiografía de tórax por no aportar información de interés. Sí sería razonable en los casos más graves y ante dudas diagnósticas.

Tampoco se ha demostrado utilidad en la realización de analítica sanguínea. Por el contrario, si es conveniente, incluso en las formas leves, monitorizar la oxigenación mediante pulsioximetría transcutanea.

¿Cuáles son sus complicaciones?

Las más relevantes son los tapones de moco, otitis media, sobreinfección bacteriana, fallo respiratorio agudo, apneas y arritmias.

¿Cuál es su tratamiento?

La mayoría de los casos serán leves y, por tanto, podrán ser tratados ambulatoriamente. Sin embargo, algunos casos pueden progresar hacia formas más graves, por lo que es necesario advertir de esta posibilidad a los padres y que estos sepan identificar los signos de empeoramiento.

Las medidas a realizar serían:

-           Desobstrucción nasal mediante lavados nasales con suero fisiológico varias veces al día, sobre todo antes de las tomas.

-           Se recomienda disminuir la cantidad de las tomas, aumentando su frecuencia.

-           Evitar irritantes ambientales como el humo del tabaco.

-           Broncodilatadores (inhalados o nebulizados) como el salbutamol o la adrenalina.

-           En los casos necesarios es fundamental la oxigenoterapia mediante gafas o mascarillas faciales.

-           En pacientes hospitalizados, se han de instaurar las medidas de aislamiento pertinentes insistiendo en lavado sistemático de manos y en la restricción de las visitas.

-           Los corticoides y los antibióticos no han demostrado su utilidad.

¿Cuál es su pronóstico?

Generalmente bueno, con resolución de los casos en pocos días. Por el contrario, en algunos casos se ha demostrado relación entre la infección por el VRS en lactantes menores de 3 años de edad y el desarrollo posterior de sibilancias recurrentes o asma.

Sobre el autor

- Médico Especialista en MFYC. Médico especialista en Pediatría y en Medicina de Familia.

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