Publicado el: Mar, 3 Dic, 2013
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Miedo

MiedoParece mentira que llevemos, como quien dice, casi cinco años en crisis. Y no parece que nada vaya a mejor. Las noticias cada vez son menos alentadoras. Cada previsión que da el Gobierno (sea del color que sea) retrasa un año la esperada recuperación. Esa recuperación que llevan prometiéndonos desde antes de que los socialistas abandonaran el “trono”. ¿Se acuerdan de la primera previsión de los populares? En la segunda mitad de 2012 comenzaríamos a levantar cabeza. Bien, pues vamos camino del final de la segunda mitad del 2013 y, en vez de verse la luz al final del túnel, está cada vez más oscuro.

Al principio era solo un rumor. “No estamos en crisis, solo es una desaceleración económica”, decían. Como si por cambiar las palabras la verdad fuera también a cambiar. Y nosotros lo vivíamos de lejos. Era algo que les sucedía a otras personas, no a nosotros. Era una noticia, no una realidad. Pero ahora quien más y quien menos conoce, es familiar o directamente ha sufrido las inclemencias del sistema económico que tenemos que, por más que nos lo intenten vender como Capitalismo neoliberal, no se parece en nada a lo que pone en los libros. Es, más bien, una dictadura del dinero. Quien lo tiene, manda. Y a los demás nos conforman con decirnos que “no somos clase baja, sino media”.

No nos equivoquemos. A nuestros Gobiernos (todos los de la UE) los habremos votado nosotros, sí. Pero no por ello van a gobernar para nosotros.  Aquí ya se ven claras las prioridades. Han comenzado la reforma para salvar sus posiciones, las posiciones social y económica de los de siempre. De los que sí que son clase alta. Y no van a contar con nosotros. Esto ya no es una simple crisis cíclica, típica del Capitalismo. Esto es un cambio de estructura en el sistema. Hemos estado viviendo en una sociedad socialdemócrata demasiado tiempo. Solo mientras a ellos les convenía. Crean una clase media que tenga algo que perder para frenar a la baja que quiere tirarlos de su posición. Pero tanta gente con, no mucho, pero sí bastante dinero; con tantos derechos y libertades; exigiendo tanto y creyéndose como ellos ha resultado no ser muy sostenible a largo plazo. Y ahora volvemos al sistema antiguo. A esa sociedad en la que, o eres el patrón rico dueño de la fábrica o eres el obrero asalariado que vive dignamente a duras penas.

Sé que todo esto no es muy esperanzador pero es que la realidad no invita demasiado al optimismo. Ojalá me equivoque y realmente sea todo como nos lo intentan contar. Porque a ningún padre le gusta pensar que puede quedarse sin el empleo que da de comer a su familia, ni a ninguna abuela le gusta pensar que su nieta vivirá igual o peor que ella. Estudiamos los grandes acontecimientos de la Historia, grandes épocas de cambio tras una crisis como esta. Pero no nos gusta vivirlo en nuestra propia piel. Porque sabemos que es mucho caos y nos entra el miedo.

Sobre el autor

- Aspirante a estudiante de Medicina. Aficionada a las letras y a la política. Intento cuestionar todo lo que ya se da por hecho en la sociedad.

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