Tomamos decisiones a diario, de algunas de ellas no somos casi conscientes, las decidimos automáticamente, bien sea la elección de la taza del desayuno o el lugar donde dejar el bolso. Otras decisiones que tomamos, requieren algo más de atención por nuestra parte, ya sea la comida que se planteará para el almuerzo de mañana o la elección del vestido para un evento. Esas decisiones, requieren poca atención y escasa intensidad de esfuerzo.

Sin embargo, hay otro tipo de decisiones que, por afectar a la esfera emocional, requieren por nuestra parte de un esfuerzo considerable, bien sea por la necesidad de tomarnos un tiempo para meditarlo, por el deseo de consultar otras opiniones o simplemente por el hecho de postergarlo y consultarlo con la almohada.

Las ya consabidas listas de pros y contras relativas a la decisión a adoptar, pueden ser de ayuda en la mayoría de los casos, sin embargo, la decisión última, vendrá motivada no sólo por lo racional de la solución a aplicar, sino que, además, estará influida por procesos emocionales, casi siempre denominados irracionales, que no son tales, ya que, una gran parte de nuestras decisiones se guían por sesgos de tipo emocional, y casi, subrepticiamente, se cuela por nuestro maravilloso esquema de soluciones racionales una idea que, al contrario de la lógica que sería aconsejable adoptar, nos parece la solución más viable y efectiva.

Sin embargo, sea del tipo que sea la decisión que debamos adoptar, fácil o difícil, con afectación de lo emocional o no, hay un factor que es insustituible, y es la decisión en sí, decidirse a hacerlo y hacerlo ya….no mantenerse paralizado dando vueltas y rumiando una situación que se pueda eternizar y proporcionarnos mayor angustia o estrés la demora de la misma que la decisión en sí; por ello, el lema de “decide y haz, ahora!!!”, es un pistoletazo de salida a aquellas situaciones aplazadas sine die, que de la misma forma, se verán afectadas en los últimos instantes por las emociones que guían nuestras elecciones.

Decide y haz, ahora!!! Deja de leer este artículo y realiza aquello que has pospuesto, ya, sin darle más vueltas, bien sea llamar a  alguien para darle las gracias, recoger la cocina, enfrentarse a un examen de idiomas o iniciar el deporte que siempre aplazamos…..decide y haz, ahora!!!  Sin más excusas, sin tener en cuenta las múltiples justificaciones que nos damos a nosotros mismos para consolarnos por la ausencia de decisiones reales adoptadas….decide y haz, ahora!!! Comienza por adoptar ya una decisión, en este momento, que puedas realizar ahora y hayas estado postergando, y así desde las pequeñas decisiones, hasta las más complejas, todo se reduce finalmente a dejar espacio a las emociones en el complicado proceso de la toma de decisiones y al hecho de la decisión real, de la realización inmediata o de la puesta en marcha de la decisión misma  en un breve espacio de tiempo.

Decide y haz, ahora!!!

Nazaret Martínez Molinedo.