La afición azulina vuelve a aplaudir

Un momento del partido.
El último partido ante el Córdoba se zanja con dos goles a uno a favor del equipo isleño.
El DÃa de AndalucÃa ha traÃdo suerte. Se notó desde el primer minuto, cuando los visitantes se acercaron peligrosamente a la porterÃa y Zamora protagonizó el primer paradón de la tarde. En la contraofensiva fue Maldonado quien estuvo a punto de devolvérsela. No pudo ser. De nuevo el portero bloqueó una excelente internada de Mario que acabó con el pase de la muerte en el minuto 19. Algo que se repetirÃa con los mismos jugadores pasada la media hora, cuando el azulino lo intentó de rosca con la zurda. Continuó el empate a cero... durante pocos minutos más. Antes del descanso se descolocarÃa Sillero, el portero, tras el rebote en la barrera de un lanzamiento de falta de Tati. Los azulinos anotaban el primero de la tarde.
Y si el primer tiempo concluyó con gol de Maldonado y posterior encontronazo con el portero cordobés, el segundo comenzó en similares circunstancias. El azulino no controló lo suficiente como para penetrar en la porterÃa en el 46. Tampoco supo aprovechar el servicio de MartÃnez en el 55, que se fue desviado. Los intentos de ambos equipos por sentenciar y empatar el partido respectivamente eran una constante a estas alturas. Zamora estuvo providencial en varias ocasiones, mientras, al otro lado del campo, tanto Carlitos -en una falta desde la frontal- como Tati, con un disparo desde ese mismo ángulo, estuvieron a punto de lograr el segundo tanto.
Otro remate perdido de Maldonado tuvo lugar en el Iberoamericano tras asistencia de Ñoño en el 71. Cuatro minutos más tarde, serÃa Dani quien perdonase a Sillero tras recortar a Bijimine. Todo parecÃa presagiar un enfrentamiento estático hasta el final del partido, pero entonces llegó el empate del Córdoba, por Vera. Llegados a este punto la tensión se aceleró y los intentos de un San Fernando que se resignaba a conformarse con el punto se sucedieron con apenas tiempo entre ellos: Jorge remató un envÃo desde la derecha en el 80, MartÃnez la lanzó a bocajarro acto seguido. Por fin, éste fusiló a Sillero en los últimos minutos gracias a un "remate con el alma desde dentro del área".






