Plataforma 3R ha preguntado vía Registro Oficial del Ayuntamiento, “quién va ser el destinatario de la subvención pública del extinto partido político,que arrancó este mandato corporativo y que desde el pasado 12 de septiembre y como consecuencia de su XVII Congreso Nacional y según la decisión de un 78% de sus militantes, se aprobó su disolucion,el cese de la actividad política y no volver a concurrir a evento electoral alguno,por parte de esta formación política”, en clara alusión al Partido Andalucista.

La cuestión planteada va dirigida a la “alcaldesa, al interventor y a la secretaria municipal,en su condición de garantes del control económico-financiero de la institución de uno y de legalidad de otro,con objeto de mostrarle nuestra preocupación,por los recursos públicos afectos a subvenciones públicas y en esta situación harto singular e igualmente ante la posibilidad o no que se puede continuar con la condición de ostentar Grupo Municipal, cuando el partido matriz ha sido disuelto o bien se debería de formar parte del Grupo Mixto Municipal o Grupo de no adscritos. Entendemos que sin ningún género de dudas,que la ciudadanía debería estar informado de todo ello”.

Manifiesta que “es necesario indicar que a todas luces, no hallamos traza alguna,según el ordenamiento jurídico vigente,en esta disciplina, díganse tres leyes orgánicas, la de Partidos Políticos, la de Financiación de Partidos Políticos y por último la reciente de control de la actividad económica-financiera, que avale esta situación de tercera vía, de disolución política, pero no disolución jurídica”.

Por ello interpela a la primera edil y habilitados nacionales, con objeto de “absorber las posibles dudas e incertidumbre, que al isleño le pueda sobrevenir este asunto, y que tendrían su razón de ser; como explicarle al ciudadano que debe subvencionar un partido disuelto, o que ese mismo partido disuelto forma grupo Municipal en su Ayuntamiento,que entre otras cosas,determinará los designios de casi 100.000 almas; por ello no debemos de optar por un silencio cómplice”, concluye.