Un símbolo incompleto en la antigua Casería de Ossio
Corrían los primeros meses de 2007 cuando La Casería -barrio isleño por antonomasia- perdió una de sus principales señas de identidad: el viejo puente de pidedra ostionera que desde sus inicios fue testigo del tránsito del tren se derribaba para dar pie al "avance de los tiempos".
Un hecho que algunos ciudadanos recuerdan con “nocturnidad y alevosía” debido a la falta de información por parte de sus promotores. Pasó desapercibido en unos años donde el auge de Internet y las redes sociales no habían logrado aún su consolidación, y donde el clamor colectivo -alentado ahora por estas herramientas virtuales-, no alcanzó, ni mucho menos, el impacto de la recientemente derribada casa natal de Camarón, por poner un ejemplo cercano.
Sin embargo, su esencia ha perdurado. Al menos, en parte. Justo después de atravesar el puente aún se conserva el icono que da nombre a lo que se conoce como 'Camino de la Cruz' -antaño transitado a pie para ir del centro al barrio costero y viceversa-; una cruz de hierro forjado sobre monolito que en su día albergó una leyenda hoy perdida:
Esta cruz de hierro recuerda un hecho sangriento y a la vez sentimental, ocurrido a principio del siglo XX, en el cual dos hermanos enamorados de la misma mujer llegaron a una lucha feroz en la cual murió uno de ellos, siendo éste el lugar exacto donde fue recogido su cadáver.
No se sabe con certeza la veracidad de tal acontecimiento. El periodista Pedro Ingelmo en su ‘Galería del Crimen’ -centrada en sucesos sangrientos ocurridos en la provincia de Cádiz- no logró dar con el testimonio de ningún vecino de La Casería que lo recuerde en primera persona -ni siquiera por mediación directa de amigos o familiares-. Ni los más longevos de la zona conocen a los protagonistas de este crimen pese a que aún entonces vivía quien se crió en la huerta colindante a la cruz de hierro, sólo se sabe que la historia circuló desde antiguo hasta que hace un cuarto de siglo, un movimiento vecinal se preocupó de plasmarla por escrito. No es extraño pensar en crímenes de este calibre teniendo en cuenta la cercanía respecto al aún recordado ‘Penal de La Casería’.
La referida placa tenía poco más de 25 años y es posible que su historia sea más romántica que real, pero no deja a un lado ese valor añadido que enriquece la tradición oral, a través de leyendas que -ciertas o no- forman parte del imaginario colectivo, creando seña de identidad. Tal es el caso del hallazgo del Nazareno en el Mesón del Duque o los crucificados encontrados a orillas de la playa, como recuerda el escritor Juan Antonio Carrasco en su blog ‘Memorias de aquella Isla’. O, por ejemplo, el nombre del reconstruido castillo de La Puente: hoy ‘San Romualdo’ debido, probablemente, a un error de transcripción de Pascual Madoz o cualquier otro cronista decimonónico, según el historiador Fernando Mósig.
Primero las torres, más tarde, la desaparición de su puente. Algunas casas en estado de ruina y una leyenda hoy perdida hasta que las autoridades decidan recordar el porqué del ‘Camino de la Cruz’, símbolo de un barrio con solera.








