La herencia de un Carnaval que alimenta el gamberrismo
Asà ha quedado el monumento al vendedor de mariscos en la Plaza del Rey tras el Carnaval. Una fiesta que se presume del pueblo, donde apenas hay más disfraces que los que llevan los de las agrupaciones carnavalescas o niños, pero que sin embargo se caracteriza por la proliferación de pintadas en monumentos, Bien de Interés Cultural como el Ayuntamiento, aceras, etc. Todo seguirá igual si no se prohÃbe la venta de sprays, se multa a los vendedores sin licencia y se condena a los autores. Mientras la imagen de la ciudad es la que pierde.








La verdad es que para toda persona residente en este municipio gaditano es una verdadera vergüenza el hecho de que algunos conciudadanos y algunas conciudadanas de esta localidad gaditana tengan un comportamiento tan lacerantemente incivil tÃpico de núcleos poblacionales del extrarradio de cualquier ciudad española como es el caso de la zona de camposoto situada en la localidad de San Fernando ( Cadiz ). Y que las autoridades estatales y locales no hagan absolutamente nada al respecto.