La Isla refuerza el bienestar animal y da una segunda oportunidad a 23 mascotas rescatadas
San Fernando, en su compromiso con el bienestar animal, logra dar calidad de vida y nuevas oportunidades
Residencia digna, protocolo de rescate, colaboración ciudadana, atención veterinaria y adopciones: las claves de un modelo que ha permitido que 23 animales sin hogar tengan hoy una segunda oportunidad
El Ayuntamiento de San Fernando tomó una decisión clave en materia de bienestar animal: retirar a todos los animales del centro Athisa de la Mancomunidad Bahía de Cádiz, tras constatar que las instalaciones no reunían las condiciones adecuadas para garantizar su mantenimiento, cuidado y atención.
Desde entonces, el municipio ha dado un giro significativo hacia un modelo de protección animal más ético, participativo y eficaz, donde las adopciones, la colaboración con protectoras y la sensibilización ciudadana se han convertido en pilares fundamentales. Todo ellos bajo la premisa que las mascotas son seres sintientes, reconocidos cada vez más como parte de las familias y de la sociedad.
El resultado de este cambio de rumbo ha sido claramente positivo: hoy los animales disfrutan de un entorno adecuado, gestionado por profesionales que priorizan su bienestar, y que entienden la residencia no como un espacio de reclusión, sino como un lugar de cuidado, respeto y segundas oportunidades.
Por tanto, se ha pasado de una situación denunciada por su falta de condiciones y dignidad, a consolidar un modelo ejemplar donde los animales reciben el mejor trato posible y encuentran una segunda oportunidad para ser adoptados y vivir felices. Durante este primer año se han producido 23 adopciones, lo que supone una media de casi dos al mes, un dato muy positivo que refleja el éxito del nuevo modelo municipal de atención y cuidado animal.
Cuando se produjo el desalojo del centro, se trasladaron a la nueva residencia municipal 14 perros y una gata. “Fue un momento complicado, pero también el inicio de una nueva etapa en la que quisimos poner a los animales en el centro de la política pública”, recuerda la concejala de Bienestar Animal, María José Foncubierta. La gata fue adoptada en pocas semanas y, de los canes iniciales, hoy permanecen ocho, a los que se han sumado otros tres perros que llegaron después, sumando once en total, además de cuatro gatitos muy jóvenes.
Durante este año se han logrado 23 adopciones y 21 cachorros han encontrado familia gracias a la colaboración de protectoras y casas de acogida. “Cada adopción es una historia de esperanza, y detrás de cada una hay un esfuerzo colectivo enorme”, subraya Foncubierta.
Historias con final feliz
Algunas de esas historias han marcado especialmente a los equipos implicados. Es el caso de Mika, una perrita de unos ocho años que llegó con una pata gravemente afectada por un tumor y a la que hubo que amputar la extremidad. “Los veterinarios nos dijeron que, si hubiéramos tardado un poco más, la herida habría sido mortal. Hoy Mika corre, juega y espera en una protectora -que la ha acogido temporalmente- a una familia que la adopte definitivamente. Es un ejemplo de superación”, explica la concejala.
También conmovió la historia de Milagro, una perrita de 11 años hallada atropellada en la CA-33 con una hernia que comprometía órganos vitales. “Cuando la vimos pensamos que no lo contaría, pero la operación fue un éxito. Su nombre lo dice todo: es literalmente un milagro”, comenta Foncubierta emocionada. Milagro se recupera actualmente en las instalaciones donde se encuentran los animales rescatados por el Ayuntamiento.
Entre los casos más recordados también se encuentra Linda, una pitbull abandonada y atada a una farola. Llegó aterrorizada, pero su nobleza y su carácter cariñoso hicieron que pronto conquistara corazones. Fue trasladada a Málaga por una protectora colaboradora, donde finalmente fue adoptada. “Hoy Linda vive feliz y nos siguen llegando fotos de su nueva familia. Estas son las imágenes que nos dan fuerzas para seguir”, afirma Foncubierta.
Otro caso con final feliz fue el de Luna, una perrita encontrada cerca de la estación de Renfe. Pronto se descubrió que estaba embarazada y dio a luz a cuatro cachorros que, al igual que ella, fueron adoptados tras cumplirse los plazos legales. “Luna tenía chip, pero su familia nunca respondió. Tras 40 días de espera, se inició el proceso de adopción y hoy todos disfrutan de una vida nueva. Historias como la suya nos recuerdan por qué es tan importante la responsabilidad en la tenencia de animales”, añade la concejala.
Estas historias comienzan con un simple gesto: alguien encuentra un animal perdido y lo lleva a la Policía Local, otra persona comenta en redes que ha visto a un animal deambulando, o, como en el caso de Luna, “una chica que paseaba a su perro envió un mensaje a la alcaldesa avisando que la perrita estaba sola y asustada”. A partir de ese pequeño acto, se activa todo el proceso con la colaboración de la concejalía, la policía y distintas entidades, hasta que finalmente se encuentra un hogar.
Trabajo coordinado
Todo este trabajo no habría sido posible sin la implicación directa de las protectoras y colectivos animalistas que colaboran estrechamente con el Ayuntamiento: Huellas Urbanas, Garra Felina, Huellas Callejeras, Trizas Adogtame Rompiendo Cadenas, y muchas personas anónimas que ofrecen su ayuda y su hogar a los animales rescatados, junto a las instalaciones concertadas por el Ayuntamiento. “Estas asociaciones hacen una labor impagable, completamente desinteresada, y merecen todo el reconocimiento. Son el alma de este proyecto”, ha destacado Foncubierta.
El Ayuntamiento, en los últimos años, ha reforzado además su sistema de respuesta rápida ante casos de extravío o abandono, con un protocolo coordinado entre la Policía Local, veterinarios, el equipo de redes sociales y la Concejalía de Bienestar Animal. Cada vez que aparece un animal en la vía pública, se toma una fotografía y se difunde en cuestión de minutos a través de Facebook, Instagram, TikTok y grupos de WhatsApp, buscando a sus familias o un hogar temporal.
“Las redes sociales se han convertido en una herramienta de rescate. En muchos casos, en menos de 24 horas conseguimos localizar a sus dueños o encontrar casas de acogida”, detalla la edil. Gracias a este sistema, dos animales fueron devueltos a sus familias, mientras que cinco de los ocho sin chip encontrados en la vía pública ya han sido adoptados.
“Hoy podemos decir con orgullo que ningún animal del municipio tiene que volver a un lugar donde no se le garantice un trato digno. Seguiremos trabajando para que todos tengan la oportunidad de encontrar un hogar y vivir con el cariño que merecen”, concluye la concejala María José Foncubierta.







