Sobre la información y Julio Camba
Se dice que en España existen más de tres mil medios de comunicación, de ellos más de mil periódicos, la mayorÃa digitales, cierto con distinto nivel de audiencia territorial.Â
Personalmente he intentado averiguar, eso que se dice que en el vientre del Amazonas, que es Internet, está todo, pues no está todo. O, quizás, esté en otros idiomas, y, no en el español. Me he preguntado saber cuántos periódicos existen en el mundo o por territorios o sociedades, cuántos medios de comunicación (periódicos en papel y digitales, radios, cadenas de televisión...). También cuántos periodistas existen en las diversas geografÃas. Y, como la curiosidad es un ratón que no tiene lÃmites, también cuántos artÃculos o columnas de opinión se publican cada dÃa o semana o mes, en el mundo, en la Celtiberia que habitamos, etcétera.Â
Debo confesar que no he sido capaz, por lo tanto, a todas las administraciones y universidades y asociaciones existentes de comunicación e información les invito que nos resuelvan este dilema. No serán los famosos siete problemas del milenio en matemáticas, que ya Perelmán ha resuelto uno, pero puede que tenga más importancia de lo que parece...Â
Oyendo, si oyendo con los oÃdos, no leyendo con los ojos, artÃculos del maestro Julio Camba (1884-1962) la Fundación AFundación ha tenido la originalidad e iniciativa loable y estimable y notable de pasar algunos artÃculos a audio, y emitirlos de este modo, en la roca volcánica de Internet, uno de ellos, es el titulado: Sobre el sabotaje periodÃstico, publicado en El Sol, el 16 de diciembre de 1919.Â
Aquà está el eterno problema de la veracidad, verosimilitud, verdad de la información, y de la veracidad, verosimilitud, verdad de la interpretación de la información. Dos realidades que se completan y complementan, pero que no son las mismas, ni tampoco es lo mismo veracidad que verdad... A esto hay que añadirle el eterno problema o cuestión de los promotores y empresarios y propietarios de los medios. Pero también, la lÃnea ideológica o de intereses del mismo medio. Por supuesto también, las decenas de variables debido al sistema sociopolÃtico y régimen de esa sociedad y Estado, además de la cultura e ideologÃa y religión predominante en ese territorio donde se enclava ese periódico o radio... Y, aunque no se pueden citar todos los conjuntos o esferas de realidades, también, los aciertos y errores e inteligencia y creatividad y fuentes de la persona que realiza esa información y esa interpretación.Â
Si nos fijamos bien, estamos hablando de condicionantes o condicionamientos o corsés que limitan o encauzan una información, y, dentro de cada una de esas esferas o conjunto de Cantor, existen decenas de variables, factores, ponderaciones, interrelaciones, etc. Incluso, la personalidad del director de ese medio, aunque no sea el propietario, o solo tenga un tanto por ciento mÃnimos de acciones, también influye...Â
Pienso que en todas las realidades y entidades sociales, sucede lo mismo, por analogÃa y semejanza, pero con diferencias. Un alto cargo de la polÃtica, asume un poder máximo mediano o bajo. Piensa que llegará allÃ, y hará muchas cosas, pero después, le presentan un libro o un dossier o unas páginas con limitaciones. Y, ya tiene que atenerse, no solo al guión de las palabras y discursos, sino también al realismo polÃtico, a los grupos de influencia y presión, que tienen el teléfono privado y público de esa institución. Tiene que equilibrar intereses de grupos de todo tipo, más la presión del pueblo. ¿Quién gana o quién pierde, eso será discusión, para otro dÃa, o para ninguno...? También es cierto, que se paralizan porque no pueden realizar lo que no pueden construir, y, no hacen lo que si podrÃan...Â
Los atenienses, en general, los griegos en sus Ciudades-Estado, yo, siempre digo Comarcas-Estado, creo que es más preciso. Tuvieron que aprender a hablar en público para convencer. No solo existÃan las asambleas democráticas ateniense, sino que en cualquier Ciudad-Estado o Comarca-Estado griega, por lo general, existÃan un Consejo de Senadores, con lo cual, entre esas varias docenas o solo una decena tenÃan que discutir planes especÃficos para tomar medidas. Es decir, tenÃan que hablar.Â
Esto es lo mismo, lo que hacen hoy, los medios de comunicación, es una corriente de transmisión de deseos y proyectos del pueblo hacia las Autoridades, y una correa de transmisión de órdenes, leyes, normas de las Autoridades al pueblo. PodrÃamos, señalar, la palabra Pueblo, con mayúsculas, igual que a veces, utilizamos el concepto de Autoridad y Máxima Autoridad, también con mayúsculas...Â
No es lo mismo gobernar a cien mil personas que a diez millones que a mil millones de personas. Los medios de comunicación, tienen la obligación, incluso admitiendo que los redactores de noticias, los escribidores de opinión, les damos la posibilidad de que se equivoquen, porque todo cerebro humano, solo pesa un kilo y pico. Pero tenemos que exigirles y autoerigirse/autoexigirse que sean lo más honestos y verÃdicos y verdaderos y verosÃmiles posibles. Al menos, hasta la lÃnea, que les permita continuar con su trabajo y no lo pierdan. No podemos pedir a nadie heroicidades, tampoco a los periodistas...Â
Pero si es posible, no nos mientan, engañen, manipulen adrede-aposta-queriéndolo, si tienen opción a no hacerlo. Que se miren a sà mismos, y curen sus heridas y sus traumas y deseos e intereses, y no expresen informaciones respondiendo a ese motor de la herida profunda, sin suficiente racionalidad, ahora se llama ideologÃa propia... ¡Paz y bien...!Â






