Publicado el: Lun, 22 Dic, 2025
Opinión

Sobre la tristeza y Carmen Rigalt

Banco vacío

Tenemos que hablar un poco de la tristeza, en un bocadillo de ochocientas palabras poco podremos dialogar, pero hay que incidir en el columnismo sobre alegrías y sobre tristeza.

La tristeza como la alegría, como toda realidad humana es una especie de escalera, algunos dirían de laberintos, y, al ser una escalares existen distintos niveles y dimensiones y variables. Y, aunque podamos decir, que la tristeza es semejante a todos, o a la mayoría, por otro lado hay diferencias entre los seres humanos. Hay distintos grados de tristeza y de pena y de angustia y de desamparo y desesperación y de depresión. Ahora, desde hace unas décadas se habla de depresión, antes se habló durante siglos de melancolía, a veces, de nostalgia como una melancolía suave.

La realidad es que tenemos un globo encima del cuello, que se interrelaciona con todo el cuerpo, y, que forma una unidad psíquica-mental –no entramos si disponemos de alma-espíritu inmortal, como dicen todas las grandes espiritualidades religiosas-, y, la realidad es que ese globo no sabemos cómo es, en todas sus formas y maneras. Se indica que este siglo, cuándo termine los setenta y cinco años que faltan, los humanos habrán alcanzado un gran nivel de conocimiento del cerebro. Y, si esto es así, se piensa que conoceremos mucho de nuestro ser más profundo, y, de lo que hemos ido creando a lo largo de milenios. De todas formas la psicología, psiquiatría, neurología y ciencias afines han dado un paso de gigante en estos dos últimos siglos en estos temas.

Cómo algún lector o lectora sabe voy haciendo un viaje por el columnismo o articulismo de opinión de Celtiberia, de estos tres siglos. Y, el procedimiento que realizo es ir mencionando algunos artículos concretos de algunos nombres. Hoy, hoy me he topado con uno de Carmen Rigalt Tarragó (1949), así de este modo recuerdo mínimamente la historia del articulismo, así también recuerdo a los escritores y escritoras que antes que nosotros nos han precedido. Aunque esta autora, se puede entender que es de mi mismo época mía, de la Generación del 75-80, de la época de la Transición, pero desde luego, es obvio y evidente, que estamos ante una manera de ver el mundo diferente. Cada literato/a dispone de una forma de sentir, resentir, consentir, reconsentir, pensar, repensar, percibir, repercibir el mundo. El mundo interior y el mundo exterior. Igual que tenemos un rostro diferente y andamos de distinta manera, con matices. Nuestra escritora que comentamos, puede realizar viajes con la imaginación y las palabras a los grandes temas, pero también a los pequeños.

Aquí, aquí siempre nos estamos enfrentando a la retórica, de que para muchos sólo es articulismo aquel que se hace sobre política y economía y algo de acontecimientos culturales. Pero la realidad actual, es que quizás un millón de personas, hoy, quizás estén triste, con tristeza por mil razones o mil causas. Esta es la realidad. Somos seres humanos que sentimos pena y alegría, felicidad y profunda tristeza, que cada día nos caen, cinco o cien cosas buenas, y, quizás dos o tres malas. Pero siempre se ha dicho, todo el organismo te funciona bien, cientos de funciones corporales y mentales, pero de ellas no te acuerdas, ya que están en buen estado, pero te duele un diente o una muela, y, llevas mala cara por la calle.

Al hablar de la tristeza hoy, intentamos proporcionar un vaso de agua fría en agosto o un buen café calentito en diciembre, para sosegar un poco, intentarlo al menos, el espíritu y el ánimo de un lector hipotético o lectora que nunca conoceré. Esa es mi intención, Que cuando termine de leer este texto, se diga, bueno, voy a abordar la tristeza que llevo hoy, con un pequeño matiz diferente, quizás tengamos la suerte de aliviar un poco, algún dolor-triste o triste-dolor...

Decía me he encontrado con un artículo de Carmen Rigalt, titulado: La larga marcha de la tristeza, desconozco el día de publicación, ni el avión-periódico que lo hizo, pero se encuentra anidando en el libro de artículos de la autora, que tituló: Todas somos princesas. Creo que buen titulo para un libro. Una mujer escritora y una escritora mujer que una gran parte de su producción, no toda, ha dedicado al análisis y la observación del mundo interior...

No sé, si nos educan para la tristeza, tristeza que tiene muchas formas. No sé, no sé si nos envían al mundo, sin pensar y sin educarnos en/para/a la tristeza. No es buscar la tristeza, pero la tristeza como los inviernos te llegarán y como las noches también. No sé, si las antiguas generaciones, las nuevas están preparadas y preparándose para la tristeza, no sé, si mi generación lo estaba. Ahora, que en las familias, por lo general, el niño o la niña son únicos, quizás a lo sumo dos, no entramos en excepciones. No sé, si se le da mucho, por parte de padres y tíos y abuelos y, no sé si se le está preparando que también sepa que existe la frustración y el dolor. Y, ambas realidades pueden tener muchos motivos y muchas causas.

También es cierto, que hoy un niño, también quizás percibe y perciba muchas tensiones en la familia y en la sociedad y en las escuelas y en la calle y en la televisión y en Internet, quizás más que antes. Existen muchas realidades complejas en los senos familiares. No podemos negarlo.

Qué hacer con la tristeza, como luchar contra ella. Hemos dicho que viene, en algún grado, de alguna manera, cada día, algunas son grandes y otras pequeñas. Unas, duran minutos, otras días, otras meses y otras años... Qué hacer con la tristeza, podemos volver a preguntar.

Sólo tengo una solución a la tristeza, creo que la manera más eficiente de pelear y luchar y combatirla es tener una ética teórica correcta, y, una moral correcta, una moral práctica. Porque te evitará muchos problemas. Te evitará caer en muchos problemas-tristezas. Y, si te llegan las tristezas, que te llegarán, las podrás combatir mejor con una moral correcta y más correcta. Quizás esta solución no gustará, pero es la única que tengo, para expresar en mil palabras, además de consultar con los especialistas y expertos, psicólogos, médicos...

A nuestra escritora, Carmen Rigalt, le invito a usted que la lea, lea artículos de ella, además de narrativa, pero aquí estamos en las columnas periodísticas, porque estos son pequeñas tapas para sobrellevar mejor la vida, para entender mejor la vida... a ella, si le llega este artículo, que supongo jamás leerá, le sugeriría que fuese haciendo un directorio de todos los artículos de opinión que ha escrito durante toda su vida. Varios miles... quizás tres mil, quizás cinco mil –además de sus crónicas, noticias, reportajes, entrevistas que haya realizado a lo largo de décadas de periodismo de alto nivel, como el que ha hecho-. Paz y bien.

Sobre el autor

- Sección en la que trataremos temas de actualidad con un sesgo literario-filosófico.

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