San Fernando de entre las grandes ciudades de la provincia, en la que menos IBI se paga y menos se recauda por habitante

La congelación de los impuestos municipales frente a la subida anual del IPC en el bolsillo de la ciudadanía supone una reducción anual de impuestos municipales que acumula un ocho por ciento por debajo del IPC en los diez últimos años

San Fernando se consolida como la gran ciudad de la provincia que menos Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI) recauda por habitante y donde menos de paga, según los últimos datos de liquidación correspondientes al ejercicio 2024. En este sentido, este jueves 16 de octubre se ha aprobado en sesión plenaria extraordinaria, las ordenanzas fiscales y tasas municipales que regirán a partir del 1 de enero del próximo año.

En este contexto, hay que indicar que la recaudación total del IBI en San Fernando, según los datos publicados por los distintos ayuntamientos, presenta la recaudación más baja tanto en términos absolutos como por habitante. Con una recaudación total de 21,6 millones de euros, el IBI medio por isleño se sitúa en apenas 231 euros anuales, para una población de 93.645 habitantes

Muy por encima se encuentran las grandes ciudades de la Bahía de Cádiz como la capital, con 40 millones de euros de recaudación y 360 euros por habitante; El Puerto de Santa María, con 36,6 millones y 410 euros; y  otras grandes ciudades de la provincia también muy por encima como Jerez de la Frontera, con 50,8 millones y 238 euros. También Algeciras alcanza 34,7 millones de recaudación y 278 euros por habitante.

Impuestos congelados

El Gobierno municipal recuerda que todos los impuestos locales permanecen congelados, con independencia de que en los últimos años se ha producido un incremento generalizado de los costes de los contratos de servicios públicos, suministros y materiales.

Comparando la inflación, la congelación de los impuestos o incluso las variaciones al alza del IBI que puntualmente se han llevado a cabo en esto últimos diez años, ha supuesto a efectos reales una reducción de los mismos de un ocho por ciento desde 2016 hasta la actualidad. En términos prácticos, esto significa que el IBI ha aumentado menos que el índice de precios. Es decir, en comparación con la subida de los salarios y el coste de vida, supone una disminución real del impuesto.

Solo se han ajustado aquellas tasas que, por ley y por exigencias de la Intervención municipal en consonancia con los imperativos legales, deben adecuarse al coste real del servicio. Estos ajustes se han aplicado de manera mínima y buscando siempre la menor repercusión posible en la ciudadanía, cumpliendo con la normativa y garantizando la sostenibilidad económica del servicio. Esta congelación ha sido posible gracias a un modelo de gestión basado en la eficiencia, el control del gasto y el aprovechamiento de cada euro público. Y siempre teniendo en cuenta la mejora de los servicios públicos y la mejora de las condiciones de trabajadores y trabajadoras.

En algunos casos, como la tasa del agua, se han introducido criterios de progresividad para que los consumos más altos, llamados grandes derrochadores, contribuyan más mediante un incremento. Mientras tanto, 12.000 viviendas se benefician de tarifas especialmente reducidas, y la mayoría de la ciudadanía sigue pagando lo mismo.

En otros servicios, como la recogida de residuos, la legislación no permite aplicar este tipo de diferenciación, aunque el Ayuntamiento mantiene su compromiso de ajustar las tasas al coste real del servicio y hacerlo siempre de la forma que menos afecte a la ciudadanía.

Además, para paliar las subidas el Ayuntamiento aprobó en Pleno, por ejemplo, la bonificación del 95 por ciento del IBI para las personas inquilinas de viviendas en alquiler social previstas en las ordenanzas fiscales.

En la sesión plenaria también se aprobó el carácter retroactivo para la exención del IBI para personas con discapacidad, para compensar los retrasos de las solicitudes por parte de la administración autonómica.

Más actividad económica, más ingresos indirectos

La congelación de los impuestos directos a la ciudadanía es posible en este contexto por un incremento de los impuestos indirectos que derivan de un crecimiento de la actividad económica. Gracias a este impulso, San Fernando ha conseguido aumentar sus ingresos por impuestos indirectos, reflejo de una mayor vitalidad económica.

Otro dato positivo, que refleja el crecimiento, lo vemos en la renta bruta media en San Fernando  que alcanzó en 2023 los 28.164 euros, lo que supone un incremento de 867 euros respecto al año anterior, cuando se situaba en 27.297 euros. Este crecimiento consolida a la ciudad como una de las que más ha mejorado su nivel de renta en toda la provincia de Cádiz durante el último ejercicio. Este avance está vinculado a la mayor actividad económica local, la creación de empleo, el impulso del sector servicios y comercial, y la atracción de nuevas inversiones.

Este incremento no se debe a una subida de tipos, sino a que se recauda más porque la ciudad genera más movimiento económico, más licencias, más actividad empresarial y más inversión. Además, el valor catastral medio de las viviendas en San Fernando es inferior al de otras grandes ciudades de la provincia, lo que explica que la presión fiscal real —lo que verdaderamente paga cada vecino en su recibo— sea mucho menor que en otros municipios comparables, como se ha especificado con anterioridad.

En definitiva, en San Fernando se paga menos, “pero se recauda mejor”, gracias a un modelo de gestión eficiente y a una economía local cada vez más activa. El actual Gobierno local ha demostrado que es posible “mantener congelados los impuestos, mejorar los servicios públicos y seguir avanzando en inversiones gracias a una gestión rigurosa, eficiente y comprometida con la ciudadanía”.