Luna de sangre isleña
El eclipse fue acompañado de lo que se conoce como 'superluna', un tamaño mayor del habitual para el satélite más cercano.
La perfecta alineación entre la Luna, el Sol y la Tierra provocó asà que el brillo de la primera desapareciera entre sombras, un fenómeno muy poco frecuente que se ha producido no más de media docena de veces a lo largo del último siglo. Sin embargo, explican los astrónomos, que la luna no desaparece porque "los rayos del Sol refractados por la atmósfera terrestre le confieren una tonalidad rojiza".
Por eso, esta madrugada, los aficionados al telescopio pudieron disfrutar lo que popularmente han bautizado algunas culturas como "luna de sangre", permaneciendo los isleños hasta altas horas de la madrugada a objeto de deleitarse con este raro espectáculo natural visible desde los continentes europeo, africano y asiático, que desapareció poco antes del amanecer.







