Batería de San Pedro, junto al Puente Suazo.

San Pedro muestra síntomas de haber servido como escenario a una noche de botellón.

Las baterías defensivas del Puente Suazo fueron restauradas, al igual que el Real Carenero, casi en su totalidad, y aunque exentas del equipamiento museístico que se tenía pensado para ellas desde 2010 -año del Bicentenario- lo cierto es que permanecen abandonadas y a la espera de que los ayuntamientos de San Fernando y Puerto Real encuentren una solución para su debida 'puesta en valor'.

Lo cierto es que a estas alturas ni siquiera se les da el uso puntual de hace unos años, cuando la Fundación Legado de Las Cortes organizaba allí sus recreaciones posteriormente trasladadas al entorno del Zaporito. Debido a esta falta de uso -y de seguridad- cada vez es más frecuente la invasión del sitio histórico con según que intención. En algunos casos se trata de turistas, que a falta de un plan de visitas guiadas que les permita disfrutar de este icono, límite de la España libre, optan por marcarse su propia ruta de forma espontánea.

Interior sin candado, con pintadas y botellas.

Otras veces -las más preocupantes- traen consigo actos vandálicos como los que han dado lugar, al parecer, a los desperfectos de la batería de San Pedro. Concretamente en la estructura central, cuya puerta ha sido forzada. Las ventanas -aún con pegatinas publicitarias en sus cristales- muestran restos de envases, como de haber sido escenario de un botellón improvisado. También las paredes interiores tienen pintadas, a la vez que el revoco de los muros externos sigue cayéndose por la ley de la gravedad y el escaso mantenimiento del que gozan estas estructuras que un día fueron fundamentales ante el ataque francés.

Sus orígenes se remontan al primer cuarto del siglo XVIII, cuando el Castillo de San Romualdo, edificio medieval históricamente vinculado a la defensa del Puente Suazo, pierde protagonismo frente a nuevos recursos como la pólvora o los cañones, y, con ellos, un nuevo tipo de fortificaciones con planta poligonal como los caballeros, las baterías, los reductos y los fortines. A las primeras que se construyeron para proteger el puente por ambos flancos, Santiago, La Concepción y el caballero Suazo -prácticamente desaparecidas- se irían uniendo otras durante el resto de la centuria. Es el caso de San Pedro, San Pablo, San Ignacio, El Ángulo y la batería nueva de Alburquerque, todas ellas, restauradas de cara a la conmemoración del Diez salvo éstas dos últimas, la de Alburquerque, además, con parte de su planta oculta bajo las vías que en teoría servirán para que pase el tranvía metropolitano, en un futuro.