El triunfo frente al Cádiz B hace que los azulinos alcancen al Gerena
Jesús se llevó el gol de la victoria al San Fernando CD.
Tardó en llegar, pero lo consiguieron. El único gol marcado esta tarde en el Ramón de Carranza fue de los nuestros, y la marea azulina al grito de “sí, sí, lo vamos a conseguir” celebró el que los azulinos hayan alcanzado al Gerena en el segundo puesto.
El partido comenzó fuerte, con un Maldonado a punto de rematar de cabeza un centro de Ñoño desde la izquierda. Resbaló, pero sólo habían pasado 9 minutos. Quedaba mucho juego. Hacia el minuto 13, una falta lanzada por Carlitos desde el pico del área grande que el portero frenó en dos tiempos. Precedió a una pirueta de Tati que tampoco cuajó, la superioridad azulina quedaba patente, pero a falta de rematador. De nuevo Ñoño lo intentó encarando al portero, pero el asistente invalidó su carrera. Un dudoso fuera de juego. El derechazo de Dani Martínez buscando la escuadra, y el “testarazo alto” de José Mari al rematar un saque de esquina de Ñoño fueron los últimos intentos fallidos antes de concluir el primer tiempo. Sabor agridulce en las gradas ante la imposibilidad de “derribar la muralla cadista”.
Pero la segunda mitad tiñó de azul el campo. El protagonista: Jesús, con su lanzamiento en el minuto 80. Nada más empezar estuvo a punto Ñoño tras una asistencia de Carlitos, posteriormente, éste obligaría al portero cadista a mandar el balón a córner, donde un defensa “salvó el remate franco de Ale Granado”, según retransmitía el equipo en directo. Herrero también tuvo su oportunidad hacia el 54, rematando un servicio de Maldonado. No pudo ser, pero ya estaba cantado el cansancio en el adversario. Fue entonces cuando Jesús lo logró: “tremendo testarazo del ariete lebrijano a centro de Ezequiel que perfora las redes amarillas”, cantaron a través de Twitter.
Aún un recién incorporado Román trató de alcanzar el segundo animado por la adrenalina del inminente triunfo. Ninguno de sus intentos llegó a cuajar, pero la marea azulina desde las gradas se fueron con una única idea: la de la espectacularidad.
Alejandro Díaz Pinto






