Ejemplar recientemente encontrado.

Una vez más, los proyectiles subyacentes bajo las arenas de Camposoto desde que la zona dejase de ser campo de tiro a finales de los ochenta, alertaron a las autoridades durante este fin de semana, cuando un civil encontró un nuevo ejemplar muy cerca de la Punta del Boquerón.

El equipo de especilistas de Cádiz, dependiente del Centro de Operaciones y Vigilancia Marítima de la Armada, fue el encargado de localizar el artefacto en las inmediaciones indicadas tras el aviso de la Policía Nacional y su coordinación ya in situ con los dispositivos que tanto este cuerpo como el de la Policía Local ya habían desplegado estableciendo un perímetro de seguridad en la playa. Su recuperación, una vez identificado, no fue fácil dado que, amén de encontrarse medio enterrado en la arena, también estaba sumergido bajo las aguas. Hubo que esperar a que bajara la marea para que los especialistas lo neutralizaran mediante cargas especiales que "minimizan la onda sonora sin producir esquirlas o daños de alguna otra índole", según apuntó Defensa.

No es la primera, ni la única vez que se han dado este tipo de incidentes en la playa del Castillo en lo que llevamos de año. Ya durante el mes de febrero fueron tres los ejemplares hallados en sus inmediaciones. El primero de ellos, el día 3 de febrero, cuando el equipo de desactivación de la Armada neutralizó un proyectil localizado por transeúntes tras quedar parcialmente descubierto con la bajamar. En este caso se trataba de un ejemplar de 105 mm de calibre con espoleta cuyos restos se retiraron para minimizar el impacto medioambiental tras ser neutralizado por detonación a distancia.

Dos semanas más tarde, apareció un artefacto similar en la zona marismeña próxima a la playa. Un viejo proyectil de calibre 76 mm con espoleta cuya neutralización, para cuya desactivación se siguió un protocolo idéntico al del caso anterior. Antes de concluir el mes, y en las mismas marismas, fue hallada una cola de cohete C-90 con restos de explosivos. Tras cerciorarse el dispositivo profesional de que el artefacto estaba inutilizado, éste se trasladó a la Unidad de Buceo de Cádiz para su posterior destrucción.

El último hallazgo de estas características y, sin lugar a dudas, el más mediático de todo 2014, ha tenido lugar en la playa este mismo verano, concretamente durante la segunda semana de agosto, cuando se bloqueó el acceso a civiles en la primera pista para que un equipo de artificieros de la Armada ataviados con espoletas y detectores de metales dieran con un nuevo artefacto alertado, una vez más, por grupos de bañistas.

La desactivación de explosivos sumergidos bajo aguas próximas a la costa es competencia exclusiva de la Armada, que cuenta para ello con unidades de buceo y personal especialista en desactivación de este tipo de artefactos, así como técnicas de inutilización de minas.