El jueves 3 de julio, se celebró el tercero de los encuentros que el PSOE isleño tenía previsto organizar bajo el lema “La ciudadanía decide” sobre los principales motores económicos de los que depende cualquier ciudad y que en San Fernando luchan por sostenerse. De modo que tras una primera cita dedicada al emprendimiento, y a continuación de otra centrada en el Turismo, llegaba el turno para que una amplia representación del comercio isleño se explayara sobre la problemática actual, el camino recorrido hasta llegar a la misma y sus posibles soluciones de cara al futuro.

La mesa redonda, que, como viene siendo habitual tuvo lugar en los salones del hotel Salymar, contó con los testimonios de tres generaciones de comerciantes isleños a las que J. M. Palmero, Manuel Alguacil y Belén Nieto pusieron rostro. Pero fue Patricia Cavada, portavoz socialista y futura candidata a las próximas municipales quien abrió la brecha afirmando con rotundidad, al principio de la conferencia, una realidad que ya de por sí es obvia: “San Fernando tiene uno de los peores índices económicos de toda la provincia de Cádiz”. El debate quedaba así abierto a una serie de cuestiones que por su actualidad acaparaban la atención de todos los presentes, entre ellas, cómo afectaría al comercio minorista la futura ampliación del centro comercial Bahía Sur, o el reciente visto bueno al parque empresarial de Janer propuesto desde la alcaldía. Por otro lado, y desde una óptica ciertamente autocrítica, algunos de los presentes lo tenían claro: la falta de calidad en los productos, de dinamización, un difícil acceso a las tiendas y la excesiva rigidez con la que el PEPRICH -Plan Especial de Protección y Reforma Interior del Casco Histórico- protege a algunas fincas del centro, son los problemas de más acuciante solución para que el comercio minorista pueda seguir adelante.

Belén Nieto, la más joven de los ponentes y, por tanto, afectada desde el primer momento por la crisis económica general, afirmó que uno de los principales hándicaps en el desarrollo de su negocio ha sido la mala gestión del proyecto del tren-tranvía, así como la falta de información, de publicidad y de ayudas por parte de las autoridades competentes. “El mercadillo navideño de la Alameda Moreno de Guerra es un buen ejemplo”, confesaba la empresaria, “ahora resulta que los comerciantes debemos hacer frente, no ya a las épocas malas, sino también a los momentos álgidos debido a este tipo de mercancía que viene a hacernos la competencia desde todos los puntos de la Bahía”.

Manuel Alguacil reconoció, por su parte, que en todos sus años de experiencia en el campo “jamás se ha visto al comercio tan negro”. “Llevo diez años reivindicando lo mismo”, aseguraba al incidir en la necesidad de mirar al mar, al Parque Natural, como un motor económico en potencia que debe suplir el vacío que poco a poco van dejando la Empresa Nacional Bazán y la Armada en San Fernando. Asimismo animó a todos los presentes para que hicieran piña, puesto que “aun siendo el comercio isleño muy luchador, falta unir esos esfuerzos en una misma dirección”.

Palmero fue el último de los ponentes en intervenir con una visión retrospectiva donde relató la importancia del trato con el cliente en un negocio propio que, en su caso, “fue creciendo en función de la necesidad popular”. “Los barrios de los setenta eran sumamente humildes pero sus vecinos se sentían a gusto en aquel espacio tan familiar”, recordó con nostalgia antes de empezar a relatar los problemas que sobrevinieron poco después y que, sin embargo, no difieren tanto de los que siguen persistiendo en la actualidad, entre ellos, la falta de aparcamientos o la pavimentación de las plazas. El remate, afirmaba al igual que Nieto, fue el proyecto del tranvía. “Los diez últimos años llevábamos el negocio entre mi mujer y yo tras vernos obligados a prescindir de todo el personal, eso sí, de la forma más humana posible” (empresario que llegó a tener a su cargo hasta 24 trabajadores directos en un negocio particular que nunca mutó a franquicia).

El encuentro concluyó con una ronda de conclusiones donde se cedió la palabra a todos los presentes para que expusiesen sus conclusiones sobre los problemas planteados y posibles soluciones al respecto. Algunas de éstas fueron que les parecía absurdo malgastar energía intentando competir con los centros comerciales en lugar de integrar esos grandes motores económicos en el centro, la poca predisposición del gobierno municipal a la hora de sentarse a debatir estos temas con el pequeño empresario, la ausencia de ayudas fiscales, la falta de unidad entre todos los comerciantes, así como de consenso entre los partidos políticos que gobiernan -no sólo los que integran el grupo consistorial sino también la oposición como representante de la Junta de Andalucía-, o el poco aprovechamiento de los bienes culturales como atractivo turístico.

Del mismo modo se incidió en el compromiso de focalizar el punto de mira hacia las necesidades del ciudadano, que no ha sido capaz de reinventar su industria, y no tanto a las de los visitantes; la falta de sinergia entre los propios comerciantes en relación a los horarios de apertura y cierre, un mayor control sobre el auge de los bazares “multiprecio” -modelo de negocio tan bienvenido con la crisis que, no por ello, debe dejar de cumplir las mismas normativas que el resto- y, por supuesto, la revitalización del centro de la ciudad con iniciativas que atraigan a los compradores y rehabilitando sus fincas históricas para devolver a éste su primitivo auge.

Cavada no quiso cerrar el debate sin recordar la necesidad de hacer del futuro desarrollo de Janer “un proyecto atractivo”. Según la portavoz socialista, está previsto instalar allí un supermercado y opina que no generaría puestos de trabajo al tratarse de la refundición de otros centros comerciales, por lo que reivindicó una mayor cooperación entre el Ayuntamiento y Zona Franca para ofrecer algo verdaderamente singular “que no acabe convirtiéndose en otro polígono industrial al estilo de Tres Caminos”, afirmó Cavada.