Corren tiempos difíciles para todos, y mucho más para los indigentes. San Fernando presume con razón de ser una ciudad solidaria donde las haya, pero hay personas que por su situación psicológica no llegan a atender a la realidad y renuncian incluso a ser atentidos o acogidos, entendiendo que pierden libertad.

Tal como reflejó este diario digital, decenas de vecinos del centro presentaron ante el Ayuntamiento un escrito pidiendo que se tomaran medidas frente a lo que consideraban una "auténtica guarrería". De hecho, a indigente en cuestión, no se le tacha por su condición, sino por su actitud y por renunciar a todo tipo de higiene. Tanto que la Policía Local, las veces que lo ha detenido, ha tenido que usar guantes y máscaras.

Duerme en cajeros automáticos, como otras muchas personas que no tienen un techo donde cobijarse, pero las limpiadoras de los bancos también están cansadas. Tanto, que esta semana sacaron a la puerta de la entidad bancaria, en plena Plaza de la Iglesia, todo lo que almacenaba en el cajero, para poder permitir el acceso de los clientes. Entre sus pertenencias, una manta, un paquete de galletas, parte de un bocadillo y una botella llena de orina. Todo ello, después de orinar sobre sillas y mesas que los bares dejan en plena calle.

Una situación de insalubridad a la que nadie pone remedio y que a juicio de valorar la situación se observa que el indigente en cuestión necesita además una ayuda especial.

Su situación está llevando incluso a que muchos isleños le nieguen donativos y hasta un café, por el simple hecho de que su higiene es inexistente.