CxLI entiende que “la Iglesia Vaticana Castrense de San Francisco merece la calificación de Bien de Interés Cultural. Esa es la conclusión que se alcanza si se analiza el patrimonio que recoge y la historia que rodea a este inmueble, plasmados en diversas publicaciones y en la propia página oficial del templo. En una localidad donde se ha conmemorado el bicentenario del nacimiento de la moderna Constitución de 1.812 y más recientemente el de la concesión del título de Ciudad, ha pasado desapercibida un bastión de l mismo rango, la Iglesia de San Francisco, que esconde un pasado que vincula la Isla con esa época innovadora, representativa de un patrimonio cultural de incalculable valor”.

En sus alrededores se encuentra el Palacete Lazaga, edificio de estilo isabelino realizado en el siglo XIX.

Son innumerables las razones que avalan la calificación de la iglesia como BIC. No solo por su enclave geográfico y su historia que se remonta al siglo XVIII, sino también por las numerosas obras de arte que se encuentran en su interior.

Su precedente se encuentra en la Iglesia del Hospicio de San Francisco, levantada el 17 de enero de 1.765, como parroquia castrense. Las obras de la primitiva iglesia comienzan en 1786, en terrenos de la Escuela- Hospicio y en una porción del nombrado “El Patio del Pino”, perteneciente al mayorazgo del marqués de Casa Tavares, don José Joaquín de Montalvo y Serrano, que donó en 5 de diciembre de 1783.

En el año 1.744, el Ayuntamiento inicia expediente para la urbanización del Camino Real; en 1778 se procedió a su recomposición y empedrado y en 1779 se alineó dicho camino desde el arrecife hasta el puente de Suazo. En 1785 el ejército sufraga los gastos de construcción de la Iglesia de San Francisco, que se hace en estilo neoclásico dentro de los clásicos esquemas franciscanos, caracterizados por la austeridad de formas y una línea estética contrapuesta a los modos barrocos.

La capilla del baptisterio fue testigo del bautismo del Beato Cardenal Marcelo Spínola, mientras que el 16 de enero de 1795 recibió sepultura en su interior el jefe de escuadra Don Vicente Tofiño y el 6 de julio de ese año el Teniente General Don Antonio de Ulloa.

En 1810, durante la guerra de la Independencia estuvo ocupada por el regimiento de Voluntarios de la Patria, leales a Fernando VII. Con ocasión del movimiento cantonal desde los días 22 de julio al 5 de agosto de 1873 la iglesia sufrió los efectos de la situación. Destaca en su interior la imagen de la Inmaculada, que recibía culto en el Arsenal de la Ciudad cubana de La Habana, siendo traída en 1.899. Su púlpito fue construido en 1.877.

El templo acoge lo mejor de la pintura de la Ciudad, donde destaca un conjunto de diez óvalos que forma parte de un apostolado, obra de Muñoz de la Vega. Un cuadro del milagro de la Porciúncula atribuido a Carreño de Miranda y tres cuadros de Mariano Salvador Maella, pintor de cámara del rey Carlos IV de España. "La Inmaculada Concepción", "San Carlos impartiendo la comunión entre los apestados de Milán" y "San Fernando recibiendo las llaves de Sevilla".

Por todos estos motivos, entre otros, el Grupo Municipal “Ciudadanos por la Isla”, integrado por los Concejales Mayte Más y Javier Cano, “va a promover la declaración de la Iglesia Castrense Vaticana de San Francisco de esta Ciudad como Bien de Interés Cultural, B.I.C., a cuyo fin mantendrá reuniones con diversas Entidades y Colectivos para dar a conocer este valiosísimo legado cultural y patrimonial de la Isla” .