Bancos que para su destrozo sólo tienen dos motivos y uno prevalece
El mobiliario de la calle Real no gusta. Ni las farolas son las de antes, ni los bancos de rejillas plateados son los antiguos de hierro forjado. El caso es que una semana sí y otra también, los bancos van desapareciendo porque se rompen. Esto sólo puede obedecer a dos razones: la obesidad también crece en La Isla dentro de la globalización del mundo y los bancos no pueden, cosa que no es así. Y la otra que son de tan mala calidad, que terminan rompiéndose. Esas son las cosas del tren tranvía que no llega y que cuando lo haga, tendrán que reparar de nuevo toda la calle Real.







