Los destallistas del Mercado Central y del Mercado de San Antonio han mantenido un encuentro este lunes con el delegado de Hacienda, Manuel Raposo, y la delegada de Fiestas Cristina Arjona, como respuesta a las protestas de los detallistas por la subida de tasas en un 20 por ciento, detectada tras recibir los recibos y que fue aprobada en Pleno en abril de 2012, con su correspondiente tramitación y publicación en el Boletín Oficial de la Provincia, hasta su aprobación definitiva, sin que hasta esa fecha se realizara alegación alguna por los detallistas de cualquiera de los mercados

El edil de Economía y Hacienda, Manuel Raposo informó a los destallistas que el ejercicio de 2011 con respecto a ambas instalaciones arrojó un déficit de 686.000 euros, una cantidad que actualmente hace inviable el funcionamiento de los dos mercados de abastos de San Fernando, por el alto coste que su mantenimiento le supone a las arcas municipales.

Según Raposo, mantener abiertos los mercados Central y de San Antonio todo el año, supone un gasto de 815.000 euros y con las tasas que hasta ahora venían aportando los detallistas sólo cubría el 15,78 por ciento de los gastos, teniendo que correr el Ayuntamiento con el resto del gasto.

Es más, el edil declaró que las tasas que pagan los destallistas de San Fernando son inferiores a las que abonan las de mercados como Cádiz o Chiclana, por poner unos ejemplos.

A partir de ahora, las asociaciones de detallistas quieren conocer datos pormenorizados del gasto, para abrir una línea directa de colaboración que posibilite un plan de choque que sirva para reducir los costes de mantenimiento que actualmente soportan ambas instalaciones. La limpieza diaria, o las averías de las puertas automáticas o de la climatización, se llevan una buena parte.

Raposo ha desmentido que exista intención de cerrar los mercados y ha garantizado la futura continuidad de Central y San Antonio, si bien tiene claro que la tasa por la ocupación de los puestos podría seguir subiendo en años venideros, si no se logra bajar de manera paulatina el déficit, sobre todo porque hay muchos puestos vacíos que suponen una menor recaudación del Ayuntamiento, que tiene que hacer frente a la globalidad del gasto del inmueble.