Publicado el: Dom, 17 Jun, 2018
Opinión

'La sombra del álamo es alargada'

Parque Almirante Laulhé.

El verano se cierne ya sobre nosotros, y la larga primavera, extraña en estos lares, parece llegar a su fin. Y algunos de los árboles ornamentales más comunes en nuestros parques indican a su modo que así es; en multitud de ocasiones, creando no pocos problemas respiratorios para los sufridores de las alergias, debido a la alta polinización, que suele resultar, bien del aprovechamiento del escaso tiempo de floración que las especies en cuestión tienen, o bien por causa de la contaminación ambiental, que favorece en las grandes ciudades, sobre todo, una sobre polinización exagerada que llenan nuestras calles de falsos copos de nieve, como ha venido sucediendo en estos últimos días en los distintos parques y jardines isleños.

Conjunto de álamos bolleana en el diciembre pasado, en el Barrero, algunos sin hojas, y otros aún con las hojas verde plateadas.

En las últimas semanas de la primavera se “lucen” las espectaculares jacarandas con sus flores moradas, o las mimosas, de color amarillo. Pero es una especie local, mediterránea, la que viene a ocupar mis pensamientos en estos instantes, un árbol discreto, cuya belleza radica en su sencillez, y que pareciendo desangelado en invierno, llena de elegancia gran parte de nuestros parques, avenidas y jardines en verano y otoño. Y aunque es más frecuente observarla en las ciudades del interior y norte peninsular, lo cierto es que aquí también abundan, y crecen tanto de forma natural como ornamental. Me refiero al álamo, del que podemos encontrar sobre todo dos especies, comunes en la zona: el blanco (populus alba) y el negro (populusnigra).

Barriada Cobreros Nuevo.

Mientras la primera es autóctona y frecuente en la Península Ibérica, la segunda y más conocida, es originaria de la Península Itálica y Mediterráneo oriental. Aunque paradójicamente, la especie más conocida en Andalucía, a la que comúnmente llamamos chopo, es la que tiene la típica estructura piramidal y tronco blanco,  siendo precisamente una variedad alóctona, procedente del Turkestán, llamada populus alba bolleana. Elegida mayormente para la formación de avenidas debido a su porte alargado y su elegancia, además soporta bastante bien todo tipo de condiciones de temperaturas, la sequía y la alta evaporación.

Parque Almirante Laulhé.

En San Fernando podemos observarla con cierta frecuencia por ejemplo en el parque Almirante Laulhé, en algunos jardines de la zona del San Fernando Plaza (por ejemplo frente al restaurante Ettore), o en los del Hospital de San Carlos, entre otros lugares. Paradójicamente, en nuestra céntrica Alameda, es donde menos álamos podemos encontrar. Tristemente, se perdió la mejor alameda existente en nuestro terreno municipal cuando se efectuó el arboricidio en los terrenos del antiguo Janer, donde hubo una gran cantidad de pies de éste tipo de árbol.

Los álamos suelen acompañar a los cursos de los ríos, en este caso, son álamos blancos en las Subbética cordobesa.

Porque esa es otra, la especie en concreto, también se adapta bien a las altas condiciones de salinidad (hasta un cierto límite), y puede encontrarse de manera silvestre en las cercanías de las marismas y del mar, conocidos son los álamos de Doñana, pero no son los únicos, a lo largo de la costa atlántica andaluza, crecen, o más bien crecían, de forma natural allá donde le dejen los pinos piñoneros (pinuspinea). Además, tradicionalmente se plantó a modo de pantalla para proteger dichos cultivos de los vientos marítimos, tan fuertes por esta zona. Pero realmente, como especie protectora solamente ha cumplido su función en esta zona de Andalucía occidental, pues en las zonas orientales de nuestra comunidad, también han realizado otras importantes labores, así se puede observar los monocultivos existentes en el norte la provincia de Granada, y más en concreto entre las zonas de Guadix y Baza, dedicados a la industria papelera o de celulosa, ya que es una especie menos exigente, que aguanta bien la continentalidad de la comarca, así como la sempiterna sequía que por allí azota, además de que es menos agresiva que el eucalipto en muchos aspectos, y tiene un crecimiento bastante rápido. Por otro lado, también es posible ver pequeñas alamedas o pies aislados en las ramblas almerienses, sirviendo junto al taraje (tamarixssp.) o la retama blanca (retama monosperma) entre otros arbustos y matorrales, como medio de sujeción de la tierra ante las riadas existentes en las zonas semidesérticas de Tabernas, Almanzora o Níjar.

Conjunto invernal de álamos negros en el río de El Bosque.

Así pues, parafraseando a la primera obra de Miguel Delibes, la sombra del álamo es alargada, se puede encontrar en casi todos lados, y ha servido y sirve para casi todo, para usos económicos, ornamentales, protectores, de sombra, y como no, ha sido utilizado por múltiples adolescentes a lo largo de los tiempos, debido a su irregular corteza, como medio para dejar tallado en su corteza su nombre o el de su amor del momento, inmortalizando un instante que quedará en su recuerdo. Aunque sinceramente, esto último no lo recomiendo, pues prefiero el máximo respeto, y no dañar a un árbol que con su esbeltez, elegancia, y la caída de sus amarillentas hojas en otoño, nos recuerda el inexorable paso del tiempo. Cambian las calles y ciudades, cambian las gentes y costumbres, pero los álamos salvo desastre propiciado por el ser humano, seguirán impasibles a lo largo de los años.

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