Publicado el: Dom, 11 Jun, 2017
Opinión

Mala suerte

Espectacular conjunto de dunas en la Punta del Boquerón.

Las estaciones son apasionantes en nuestra tierra: las mañanas invernales son espectaculares en nuestras marismas y en nuestra playa, las nieblas vuelven fantasmagórico al paisaje, en cambio, la lluvia lo vuelve bucólico. El verano por el contrario, sobre todo a orillas del mar, se puede disfrutar de unos amaneceres brumosos y unosanocheceres de absolutamente bellos coloridos, dignos del catálogo de una agencia de viajes. Sin embargo la mala suerte nos tiene ahogados, negra sombra que diría Rosalía de Castro. Que faena hemos tenido los isleños con eso de que se haya nombrado un parque natural que además, nos fastidie en eso depoder construir hoteles, campos de golf y un buen paseo marítimo para dos meses al año. Y todo por cuatro patos y tres lagartijas. Con lo bien que se lo han montado en Chiclana, que tienen que tener vehículo hasta para ir acomprar el pan, y donde todo está pensado para el que viene de afuera, y no para el que vive allí, y es del pueblo de toda la vida. Lo rentable que ha salido destrozar un litoral para enriquecer a cuatro empresarios de Madrid o Barcelona, y dar cuatro puestos de trabajos temporales y mal retribuidos. Y es que eso de montar bodegas de moscatel, y vender chicharrones o butifarras, no son trabajos tan dignos como los de las zonas turísticas. Incluso hay un hotel por el Novo que anuncia por la radio que tiene anfiteatro romano (¡?), sólo espero que los gladiadores no se maten de verdad…hasta donde ha llegado el nivel de tontería.

La playa de Camposoto tiene grandes valores naturales e históricos.

Mala suerte la nuestra, no como Tarifa. Cómo olvidar el derribo del viejo hotel de Atlanterra, el día diez de enero del 2002, con toda la prensa, con políticos de todos los colores, con el alcalde de entonces, Juan Andrés Gil, afirmando que caía un símbolo del urbanismo salvaje de los setenta, y con el ministro de Medio Ambiente, Jaume Matas afirmando que se había logrado un hito en la recuperación de una zona protegida y del espacio marítimo terrestre. Hoy día todo ese espacio está “recuperado” para hoteles de lujo, y forman todo un conjunto urbanizado no salvaje ni especulativo, perfectamente integrado con el medio, desde la playa de los Alemanes hasta la propia Zahara.También es envidiable lo de Costa Ballena, otro destrozo rentable, que además sufre problemas con el suministro de agua. Y donde aseguran que se trata de una urbanización de modelo californiano, eso sí, sin especulación y sin construcciones ilegales. Por cierto, ésta última, es otra buena estrella que comparten muchos más municipios de nuestra provincia, como por ejemplo ocurre en el Palmar, o en Los Caños de Meca, una suerte de diseminados que llegan hasta Trafalgar. En muchos  de ellos, el problema mencionado del agua se viene reclamando desde hace años, como un derecho adquirido por construir donde no se debía. Ya que, como es lógico, la densidad depoblación que están adquiriendo dichos parajes está dando como resultado la contaminación de unos valiosos acuíferos.

Mala suerte la nuestra, que por culpa del parque natural, hemos de resignarnos con tener a Camarón, la Venta de Vargas, el Observatorio, el Panteón, La Carraca, la Casa Lazaga, los castillos de San Romualdo y el de Sancti Petri, los enamorados de San Fernando, los Hornos Púnicos, un centro casi peatonal, un jardín botánico donde hay camaleones, uno de los ayuntamientos más bellos y espectaculares de España, unos polvorines, una fortaleza en Punta Cantera, unas casas de colorines en una playa con cuatro palmeras y varios restaurantes donde te cocinan el pescado más fresco imposible, un puente medieval con baterías defensivas del XIX, un teatro donde se realizó una de las primeras constituciones democráticas del mundo, una Semana Santa de categoría, desfiles militares, varios senderos con algunas aves únicas…Y una playa en la que te bañas y no ves hoteles, ni edificios, ni ruido, sólo Medina Sidonia y Chiclana, con la campiña y las sierras al fondo, dunas, aves, dos búnkeres, un castillo en una isla, y varias fortalezas escondidas entre la arena. Porca miseria, que escasos mimbres para atraer al público y al turismo. Con qué poco hemos de conformarnos, y es que San Fernando no tiene nada, la verdad.

Deja tu opinión

XHTML: Puedes usar las siguientes etiquetas HTML: <a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <s> <strike> <strong>