Publicado el: Sáb, 1 Oct, 2016
Opinión

En lo más hondo del ser humano

El Castillo de San Fernando. ninos-refugiadosComo un pinchazo en mi alma penetran esas noticias de refugiados.  Una realidad que está retocando al mundo, pero que nadie hace nada por evitar.

¿Quién los quiere? ¿Por qué hay personas refugiadas en el mundo? ¿Qué daño han hecho?

Exiliados de un país musulmán, por ser de una etnia diferente, por ser habitantes de un país equivocado, no son guerrilleros, no son combatientes, son diferentes.

Para los seguidores de Alá, no todos los musulmanes valen. Los hay de muchas categorías. Alá, como profeta, no creo que quisiera tanta división entre sus seguidores. ¿Qué hace el mundo musulmán por sus fieles? Donde hay tanta disparidad de criterios, en una misma religión.

Está visto que no les interesa, es un lastre que quieren evitar. ¿Qué dice su religión al respecto?  No lo sé… y, sin embargo, me interesa, porque sé lo que dice mi religión como cristiano.

Nuestra Santidad el Papa Francisco, está pidiendo a todos los países, a Naciones Unidas, a la OTAN: “que esas personas deben de ser atendidas y no caer en el olvido, que es insuficiente el movimiento que se está haciendo”.

 ¿A quién le importa esas criaturas? Por si fuera poco, son bombardeados desde sus propios pueblos… El clima se ceba con ellos por falta de un buen cobijo, la hambruna, la miseria; es indigno…

El mundo occidental gasta en investigaciones, gasta en explotación de recursos, gasta en tecnologías nuevas, gasta en descubrimientos, gasta en el séptimo arte, gasta en todo y todo es necesario. Porque el presente empuja para llegar al futuro con los deberes hechos.

SON PREGUNTAS QUE ME HAGO ¿¿USTED NO??

Pero qué gastamos en dar refugio a unos miles.

Pero qué gastamos en evitar las guerras sobre el planeta.

Pero qué gastamos para evitar la hambruna mundial.

Porqué hay personas de diferentes categorías para el hombre.

Porqué se ahogan los inmigrantes en el Mediterráneo.

Por qué tiene que haber inmigración.

“Dios no quiere eso”

Inmigración.  Desde mi más humilde sencillez, propongo fórmulas para evitar la inmigración. ¿Qué puede hacer el hombre? Si quisiera lo puede hacer todo y dar una respuesta contundente al problema:

-Desde los países más ricos del mundo, y el resto, de manera proporcional: Fomentar el trabajo allí donde más falta hace, ayudar a los gobiernos y controlar las ayudas y proporcionarle los medios para desarrollar sus propias materias  primas.

-Una acogida planeada en un país implicado en la solución y de mayor recurso. Facilitarle que pueda activar el trabajo y la educación. Hay mucho que hacer en África, al igual que en Asia, Oceanía o Sudamérica. Démosle las herramientas adecuadas y el conocimiento.

-Que todos los países del mundo, por orden de Naciones Unidas, se impliquen en auspiciar, apadrinar, custodiar, velar, por otros más pobres. Ejemplo: EE.UU. como un país con buenos recursos, se haría cargo y responsable de otro país grande, de mucha población y necesitado. Otro caso, entre España y Portugal, se harían responsables de un país al alcance de su economía (para no poner nunca en riesgo a los países que se implican), levantando al mismo tiempo la educación y la formación de cada uno de ellos.

-Y si el mundo no puede, o no quiere solucionar un problema global, “evitar que mueran ahogados” ¡por Dios!

Esto que expongo debería ser un proyecto universal para que se implicara todo el planeta. Puede parecer descabellado, inclusive surrealista, pero algún día será una realidad. Todo ser viviente tiene derecho a vivir y nadie tiene derecho a decir quién. Vive y deja vivir. Y tienes la obligación de dar de beber al sediento y de comer al hambriento.

No debemos fomentar guerras, ni facilitar armamento, ni alimentar de odio a los pueblos, hay que evitar la destrucción y rechazar a todos aquellos que viven con malas ideas para sus propios enriquecimientos.

Vivamos en la luz con capacidad de amar y del amor. Pensemos en nuestros hijos, ¿qué vida les estamos dejando? ¿Qué mentalidad están adquiriendo en estos tiempos o etapas de sus vidas? ¿En qué puede influir su educación y preparación en el futuro? ¿Son conscientes de las necesidades del mundo y actuarán en consecuencia?

El mundo está aún contaminado por la avaricia, el egoísmo, la envidia, la soberbia, el poder… Y miedo me da seguir enunciando más partes negativas del hombre actual. ¿Cómo y cuándo será el salto, de que la convivencia mundial es el futuro para que el progreso sea una realidad?

Cientos de científicos nos están bombardeando con noticias de cómo prevenir el desastre que le hacemos a la tierra, cómo evitar destruir ecológicamente el planeta.Y es muy satisfactorio que muchos países en el mundo se estén involucrando en salvar este paraíso que el señor nos creó.

También se creó al hombre, y ¿quién se ocupa de prevenir la destrucción del hombre?…

Hagamos un llamamiento al mundo como lo hace nuestro Santísimo Pontífice, el Papa Francisco, y pongamos un granito de arena cada uno en la salvación de todos. Es algo que tiene que partir de nosotros mismos, ya lo dicen los Mandamientos: “Amarás al prójimo como a ti mismo”. Sin olvidar el primer Mandamiento: “Amarás a Dios sobre todas las cosas”. Amar a DIOS sobre todas las cosas no es algo cualquiera, no es algo banal, no es algo concreto, sino que lo es: Todo.

Profundicemos en el verbo amar, el amor es algo vivo, es dinámico, es viajero, está en nuestros corazones. Démosle libertad para conquistar al prójimo y no miremos su color.

Hoy el reto del amor es pedirle a Cristo unos ojos nuevos para ver los cambios como oportunidades. No tengas miedo a salir de lo conocido, “déjate sorprender por Él”. ¡Feliz día!

Pedro Alba Díaz

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