La estampa de la jornada.

De llevar dos envasadoras al vacío, por lo que pudiera sobrar, a tener que ampliar las 80 piezas aportadas entre todos los cortadores hacia las 14:45 horas. Así de contundente resume el cortador isleño Antonio González, principal responsable de la II Feria Solidaria de Cortadores de Jamón, el éxito cosechado por la misma durante el día de ayer, en la Alameda Moreno de Guerra.

En total, en torno a 6.000 platos de este manjar porcino son los que se sirvieron para satisfacción de González, sus compañeros, la Asociación Reyes Magos y el Ayuntamiento de San Fernando, sin obviar a los ciudadanos isleños, que no sólo vivieron una jornada gastronómica diferente al resto sino que se, además, contribuirán a que ningún niño en la ciudad se quede sin su juguete estas navidades.

El organizador recuerda con nostalgia lo que ha supuesto el evento desde la noche antes de empezar, con "todos los cortadores cenando juntos y disfrutando de la ciudad, una oportunidad para que aquellos ya consagrados asesorasen a jóvenes promesas que ahora se están iniciando". Además de llenar los hoteles, aportaron su correspondiente pieza de jamón, pero no cualquier pieza, pues "habíamos acordado que, como poco, fuesen jamones ibéricos de cebo", explica González a este periódico. Es el momento de hacer balance.

Un gran equipo de profesionales.

Pero lo más relevante, sin duda es que "aquí, a La Isla,  ha acudido la verdadera élite del sector", por citar algunos nombres, Fran Robles -el primer cortador en proclamarse campeón de España en 2009-, Pedro Mora, de Chipiona, con 67 premios nacionales, o los mismos Ramón Sancho y Florencio Sanchidrián, cuyas piezas fueron aportadas por la Guía Michelín. Éste último, explica González, "me dijo la noche antes que había renunciado a una cita en Londres". No en vano se refiere a un profesional que ha prestado sus servicios a Rafa Nadal, Fernando Alonso, e incluso a la Casa Real española.  Tal impacto no podía desvanecerse 24 horas después, por lo que Antonio no ha dejado de recibir llamadas de empresas y cortadores que, de algún modo, quieren participar el año que viene. "Es increíble que logremos un evento así con cero euros, solo levantando el teléfono... a saber lo que conseguiríamos con algo más de voluntad institucional", afirma.

De la experiencia se queda con la oportunidad de confraternizar, "pudimos ponernos cara y, lo mejor, sin afán de competición como suele ocurrir en estos encuentros". La gente estaba relajada y disfrutando del corte por lo que él lo tiene claro: "nos supo a gloria". Eso sí, no más que el fin último del evento: los niños de San Fernando, a quienes la citada asociación destinará el total de la recaudación obtenida

"Gracias a todos los cortadores, sin su solidaridad habría sido imposible", concluye.