Araceli Maese.

El 24 de octubre se celebra anualmente el Día Internacional de las Bibliotecas, con especial relevancia en los niños y jóvenes. De hecho, esta jornada fue instituida en 1997 tanto como homenaje a los bibliotecarios como para fomentar la lectura preferentemente entre la población adolescente, que es la que visita con mayor frecuencia las bibliotecas, entre ellas las municipales, con el objetivo no solo de ejercer la lectura, sino también disfrutar de un lugar equipado donde poder estudiar.

En San Fernando, el Día de las Bibliotecas ha brillado por su ausencia. Ni siquiera se la prestado debida atención, ni desde la delegación competente en esta materia ha programado iniciativas que vengan a fomentar el uso de estas dependencias en la ciudad ni, con ello, fomentar la lectura. Y no es nada nuevo porque la carencia de ideas y de atención hacia los escasos espacios públicos en este sentido es algo ya innato en el equipo de Gobierno de la ciudad que ha heredado la actitud de ignorar las necesidades históricas de los lectores y estudiantes isleños, que vienen desde años atrás denunciando el anacronismo de las dos únicas bibliotecas existentes, la de la calle Gravina y Luis Berenguer en la calle Real.

Quizás el Día de la Biblioteca no se celebre para precisamente no mostrar el tercermundismo de estas instalaciones, afirma la concejala socialista Araceli Maese, como ya el PSOE ha venido reiteradamente denunciando sin que el bipartito PP-PA muestre el más mínimo interés en solventar situaciones insostenibles a pesar de su dilación en el tiempo: la biblioteca de la calle Gravina sigue mostrando unas instalaciones anticuadas, un catálogo de volúmenes sin actualizar, una insonorización adecuada, no hay barreras arquitectónicas suprimidas, las mesas siguen siendo insuficientes, el pasado septiembre se retiraron tres de ellas suprimiendo una veintena de plazas en época de exámenes sin explicación alguna...

En la Biblioteca Luis Berenguer son continuas las quejas que nos llegan a los socialistas sobre las deficiencias en el servicio de internet, las dificultades de los usuarios para utilizar conexiones eléctricas que carguen sus portátiles y móviles, mientras que el aulario de la calle Alsedo se antoja pequeño e insuficiente para la demanda existente en una ciudad de 100.000 habitantes y con un nivel de universitarios elevado que incluso se marchan a bibliotecas de otras poblaciones anexas para estudiar que sí reúnen los requisitos para ello. Los horarios son a todas luces insuficientes, ya que ambas bibliotecas abren de nueve a dos y de cinco a ocho de lunes a viernes, mientras que la sala de estudio lo hace de nueve a dos y de cuatro a nueve.

En definitiva, todo un compendio de desatinos, unido a la falta de personal que atienda adecuadamente a los usuarios. Ya en 2012, recuerda la concejala Araceli Maese, y en una de las reiteradas denuncias realizadas por el PSOE ante las innumerables quejas de los estudiantes, el gobierno PP-PA rechazaba una moción presentada a Pleno en la que se solicitaba la ampliación de bibliotecas y los horarios de las actualmente existentes ajustándose así al reglamento andaluz de bibliotecas que incumplen nada menos que desde 1999, que se realizaran los trámites administrativos para el funcionamiento adecuado del wifi en Luis Berenguer y un correcto funcionamiento y mantenimiento de las bibliotecas de San Fernando. El equipo de Gobierno se limitó a citar el Plan de Ajuste Municipal y la crisis como excusa para ocultar las carencias de personal y una adecuada distribución de los recursos humanos, aseverando además que los problemas de conexión a internet “fueron fruto de un error técnico del servicio y fue subsanado”. Más de dos años después, se demuestra que no estaba diciendo la verdad.

Por todo ello, Araceli Maese exige, en una jornada señalada como hoy aunque no parece que lo sea para el Gobierno de Loaiza, una solución definitiva para la carencia de equipamientos y de adecuación que padecen las bibliotecas de San Fernando, esperando que en esta ocasión no caiga –una vez más- en saco roto.

Y no sólo ha sido el Día de las Bibliotecas, sino también el Día Internacional del Turismo.