Publicado el: Vie, 22 Ago, 2014
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Gaza Under Attack

gazaDesde hace poco y gracias a que los medios hablaron de ella, sigo en Twitter a una chica llamada Farah Baker que, con solo 16 años, ya ha visto pasar tres guerras ante sus ojos y se ha propuesto contar su experiencia a los demás, a ver si el mundo empieza a tomar nota de lo que está pasando allí. Nos creemos (e incluyo en estos a los soldados) que la guerra actual, al estar todo muy digitalizado, es el Call Of Duty donde tú siempre serás el bueno y el malo, el enemigo, ha de morir. No tenemos conciencia de estar segando vidas ni destrozando países reales. No vas hasta allí, disparas y matas a una persona. Ahora solo tienes que ajustar coordenadas y pulsar un botón.

Pero la guerra sigue siendo guerra y nunca ha habido “enemigos”, solo obstáculos que te frenan en tu intento por alcanzar objetivos políticos y/o económicos y la guerra (como siempre ha sido y siempre será) sigue llenando de sangre muchas manos supuestamente dedicadas a dirigir países.

Pues bien, sé que puede parecer algo masoquista el hecho de estar constantemente leyendo entre las palabras de Farah el horror de la guerra y de ver en sus vídeos y fotos las ruinas y las bombas que reducen a escombros vidas y edificios por igual. Pero tiene sentido hacer esto. Mucho sentido, de hecho. Porque creo que el problema de Occidente no son sus gobernantes asustados y atados de pies y manos por causas de "fuerza mayor" (también conocidas como presiones de EEUU) sino sus propios habitantes que, sumidos en nuestras vidas apacibles y cómodas o concentrados en nuestros propios problemas, preferimos distraernos con la película de estreno TV después de comer o indignarnos con otro caso de corrupción política. Servidora ya no sabe donde esconder la cara de vergüenza cada vez que la palabra Gaza aparece en una pantalla, bien sea la de la televisión o la del ordenador. Porque después de haber bombardeado no una, sino tres escuelas de la ONU (escuelas de la ONU ni más ni menos) ahí sigue Israel, tan tranquilo y sin que nadie se atreva ni a toserle porque papá EEUU ya se cuida de que eso no suceda. Y Europa más callada que un pecador en misa porque aquí crímenes de guerra solo hay cuando nos conviene que el gobierno que los ha cometido desaparezca. Porque si tirar a golpe de bombas colegios y hospitales no es un crimen de guerra entonces el mundo deja de tener sentido para mí definitivamente.

Pero nada, seguimos como si lo que saliera en pantalla fuera el tráiler de una nueva película dramática y dando en las noticias cifras de muertos como el que comenta la subida del Ibex 35. Ojo, "muertos", porque los palestinos mueren a cientos mientras que tres israelíes son asesinados.

A pesar de la infinita misericordia de la que hace gala Israel tirando panfletos al aire avisando de su próximo ataque, la gente sigue empeñada en morirse por gusto, por lo visto. Porque es obvio que un colegio de la ONU es un claro objetivo militar en la lucha contra el terrorismo de Hamas y que un barrio residencial está infestado de milicianos yihaddistas. O a lo mejor es que la industria militar sigue siendo muy nueva y aún no se ha conseguido una precisión en el alcance de objetivos y lo han alcanzado sin querer.

Para quien aún no se haya dado cuenta, lo que realmente sucede es que Israel quiere esos territorios y está dispuesto a no dejar nada en pie en su empeño y que Hamas no se va a rendir ni a dejar a Israel sin excusa porque le trae sin cuidado lo que le suceda a su población civil. Hasta ahí todo claro. Lo que yo entonces me pregunto es qué pasa entre EEUU e Israel para que EEUU siga poniéndose en evidencia ante la comunidad internacional para justificar lo injustificable de la barbarie que se está cometiendo. Ni el lobby más poderoso del país tiene esa influencia y una relación económica no merece tanto la pena como para restregar a tu reputación por el barro como es el caso. Ahí hay algo más que me temo que jamás sabremos.

 

Farah Baker sigue viendo a la guerra pasar por su casa, arrasando con todo y con todos. Gaza tan sólo es un gran montón de escombros grises con menos fronteras cada día e Israel acabará por aniquilar a un pueblo y salirse con la suya. Y mientras gente "muriendo". Y mientras nosotros mirando.

Sobre el autor

- Aspirante a estudiante de Medicina. Aficionada a las letras y a la política. Intento cuestionar todo lo que ya se da por hecho en la sociedad.

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